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lunes, 7 de diciembre de 2015

Por qué las Tecnologías Disruptivas mejoran los sueldos y la equidad

El capitalismo ha sido el sistema económico más exitoso hasta ahora en la historia de la humanidad, creando riqueza como nunca antes se había creado, gracias a la generación de incentivos para la innovación y el emprendimiento. Donde sin embargo no ha funcionado es en la distribución de la riqueza generada.

La razón de fondo es que la productividad se genera en la actualidad desde el capital invertido en recursos naturales, en capital industrial y en tecnología. La productividad sin embargo tiene su origen en el capital intelectual. Es lo que hace posible la creación de valor, fruto de la combinación de inteligencia, recursos naturales y recursos de capital previamente existentes. Es la fuente real de innovación y emprendimiento.

Tradicionalmente en el sistema económico capitalista se remunera bien al capital financiero, al capital industrial y a un grupo reducido de personas que aportan capacidad de gestión a las organizaciones que generan valor. Últimamente han surgido, sin embargo, empresas donde el aporte a la creación de valor es fundamentalmente originado por el capital intelectual, mientras que el capital industrial es un commodity y el capital financiero es el resultado (y no el origen) del capital intelectual interactuando con el capital industrial. Empresas como Apple o Google son las mejores exponentes de este nuevo paradigma.

Ambas empresas tienen en común una altísima valoración del talento, que no está concentrado en un grupo reducido de personas, sino que es condición para todos los puestos de trabajo de la organización, independiente del nivel jerárquico que tengan. El paradigma es que todos los equipos de trabajo deben ser “Equipo A”, es decir, lo mejor en talento.

La novedad de este enfoque frente al tradicional es que la productividad que de verdad crea valor es la productividad intelectual generadas por los trabajadores, y que por lo tanto son mejor remunerados. Como resultado, se crean productos y servicios de muy alto valor agregado a precios mucho más bajos que los productos que se reemplaza, generando mayores excedentes del consumidor, junto con utilidades y valoraciones históricas en Bolsa. Es lo que ha sucedido con Apple. El iPhone reemplazó en un solo dispositivo a un celular, más un “personal stereo”, más una cámara de fotos, más un GPS, más un computador, etc. La parte industrial del iPhone – su fabricación – se “comoditizó”. La producción de personal stereos, GPS, cámara de fotos, etc. se “digitizó”, es decir, más que ser lo mismo en formato digital, se transforman en algo distinto en formato digital, que resuelve mejor las necesidades del mercado.

El factor “trabajo” – que se usa fundamentalmente para operar el factor capital, que es el más importante en la actual sociedad capitalista – es reemplazado por el factor “talento” que reemplaza al factor capital como el más importante de la sociedad. Por ello a esta nueva realidad se le denomina “Sociedad del Conocimiento”

Todas las tecnologías disruptivas son intensas en el factor “talento”, como contraposición a los sectores tradicionales de la economía que son intensas en el factor “trabajo”. Cuando el factor importante es “trabajo”, da igual el sujeto desde donde se genera el factor. La remuneración por lo tanto es más baja por dos razones: hay mayor oferta de trabajo, y el valor aportado al producto final es menos relevante. Lo que está demostrando la evidencia empírica es que cuando el factor “trabajo” se reemplaza con el factor “talento”, el valor de lo producido genera un excedente para el consumidor mucho más alto, los productos se valoran mucho más, y las remuneraciones son mayores.
El corolario de esto es obvio: las economías que sigan basándose en las industrias tradicionales, intensivas en trabajo y/o capital financiero, tendrán menor valor y menores remuneraciones que las relacionadas con tecnologías disruptivas. Un segundo corolario: las economías que no desarrollen los talentos mediante una educación personalizada y de calidad no podrán aprovechar los beneficios de economías basadas en tecnologías disruptivas. Sus habitantes están condenados a tener peores remuneraciones, y sus sistemas educacionales a ser tercermundistas.

La revolución digital no es un slogan de una campaña publicitaria. Tampoco es algo que solo afectará un sector minoritario de la sociedad. Afectará a toda la infraestructura productiva de las economías, dejando en el sub desarrollo a todas quienes no la tomen en serio. Las economías de América Latina están especialmente vulnerables ante los efectos de la revolución digital. Si no cambian antes de diez o quince años su matriz productiva y su sistema educacional, vienen años muy difíciles.


Alfredo Barriga

martes, 24 de noviembre de 2015

El (más importante) debate pendiente en Educación

¿De qué sirven todas las reformas a la educación que se están discutiendo, si los alumnos que serán afectadas por las mismas no podrán hacer frente al mundo en el cual tendrán que trabajar y vivir?

Los niños que hoy entran en pre-kinder, cuando salga a buscar trabajo, será en cargos que hoy no existen, usando tecnologías que no se han inventado, para resolver problemas que no conocemos[1]. ¿Cómo los estamos preparando para ese mundo? Ni la metodología, ni la materia de enseñanza, ni las habilidades blandas y duras que hoy se enseñan en el aula son las más adecuadas para el siglo 21. Fueron concebidas para la revolución industrial de los siglos 19 y 20. Finlandia – a la que tanto queremos parecernos – ha decidido cambiar la enseñanza “por materia” hacia enseñanza “por tópicos”[2]. La educación en formato único está siendo reemplazada por múltiples formatos. Nada de esto está en la agenda. ¡Y el siglo 21 es ahora!

Ya no se trata solo de habilidades en el uso de herramientas digitales (nacen con ellas puestas, aunque sus profesores, no) sino de temas mucho más de fondo, que sin embargo presuponen un dominio de dichas herramientas. Algunos ejemplos: pensamiento y evaluación crítica, mentalidad orientada al diseño, pensamiento computacional, discriminación de información, administración cognitiva[3]

Durante el siglo 21 veremos crecientemente la destrucción de fuentes de trabajo como hoy las conocemos, y para las cuales seguimos sin embargo preparando a nuestros estudiantes.  Ignorar esta arista de la ecuación en educación es un error que puede crear una crisis de proporciones en la Sociedad chilena. Afortunadamente aún tenemos algo de tiempo para convertir un gran peligro en una gran fortaleza de nuestro país.

Alfredo Barriga





[1] Sir Ken Robinson https://www.ted.com/talks/sir_ken_robinson_bring_on_the_revolution
[3] Future Work Skills 2020, The Institute for the Future, en http://www.iftf.org/futureworkskills/

lunes, 23 de noviembre de 2015

Revolución Digital y Futuro de Chile

El Ex Presidente Sebastián Piñera escribió una columna en el periódico "El Mercurio" respecto a la nueva revolución tecnológica. Abundando en lo mismo, esta afectará a Chile en aspectos muy sensibles. Que el efecto sea negativo o positivo para el país dependerá de que exista una Agenda Digital de Estado dentro de la agenda política y económica, y de cómo reaccione el empresariado, la academia y el Estado.

Según el Mc Kinsey Global Institute - como comenté en otro blog hace más de un año - para el año 2025 una docena de tecnologías emergentes tendrán un impacto económico en el mundo de hasta 2,5 veces el PGB de Estados Unidos. Dicho efecto es corroborado en varios otros informes y papers de organismos tan prestigiosos como el Foro Económico Mundial, la OCDE, la CEE, o la ONU. No hay forma posible en que eso no afecte al aparato productivo del país, a la Sociedad y al Estado. Y diez años son nada en términos de planificación macroeconómica.

Chile enfrenta un enorme desafío ante la destrucción de puestos de trabajo amarrados a formas de producción que serán rápidamente reemplazadas por las nuevas tecnologías, las que a su vez crearán puestos de trabajo para los cuales no hay mano de obra cualificada en este momento. Las actuales discusiones sobre la reforma laboral y la reforma educacional harían bien en incluir este factor, que puede hacernos perder el gran avance que ha tenido Chile en los últimos 25 años.

Es momento de pasar de los discursos a la acción - y esta, disruptiva. Las prioridades son:

  1. Institucionalidad: crear Ministerio de Ciencia y Tecnología, absorbiendo lo que hoy es CORFO Innovación, Conycit y el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad
  2. Infraestructura: todos en Chile con acceso a Internet y un dispositivo
  3. Marco jurídico: actualizar todo el cuerpo legal en lo que afecta a nuevos paradigmas
  4. Educación:
       Modificación de malla curricular y metodología de enseñanza
       Incentivos a carreras del conocimiento, con mayor financiamiento del Estado, para crear los profesionales que necesitaremos en los próximos 50 años y a la vez evitar un mayor “paro ilustrado” estructural
  1. Innovación: foco en Energías Renovables No Convencionales. Por una vez, que además de poner recursos naturales pongamos valor agregado industrial alrededor.
  2. Trabajo: SENCE especial orientado a habilidades siglo 21 
Si no hacemos cambios disruptivos pronto, retrocederemos lo avanzado en los últimos 25 años, perderemos competitividad y nos empobreceremos, generándose un clima social inestable, y sin recursos para hacerle frente. Este es un proyecto transversal, y el caso es que ya hay un amplio consenso dentro de quienes están en esta actividad, independientemente de sus ideas políticas. Pero no está entre las prioridades: ni del Gobierno, ni del poder legislativo, ni del empresariado, ni de la academia. No hay conciencia de lo crucial que es comenzar a tomar medidas ahora mismo. Esperemos que el llamado del Presidente Piñera tenga más eco del que tuvo después de su publicación.

Alfredo Barriga

miércoles, 28 de octubre de 2015

Apple ya es la empresa que más ha ganado en un año en toda la historia

En los últimos doce meses Apple ganó 53.400 millones de dólares, 41 veces más que el año 2005. Las ventas en estos diez años aumentaron 17 veces, y la capitalización de mercado, 15 veces. A pesar del salto que ha dado la capitalización, gracias al mayor salto de utilidades el PER de Apple está aún en un conservador 12,5. O sea, el precio de mercado tiene aún margen para crecer más.

Es primer vez que una empresa de tecnología supera a todas las demás empresas del mundo en utilidades y precio de mercado. Pero no creo que sea la única. Las empresas del conocimiento hace ya tiempo que vienen creciendo sostenida y crecientemente. Era cuestión de tiempo. No sería de extrañar que en algunos años más, dentro de las top 10 por utilidades, sean empresas tecnológicas, farmacéuticas o de servicios financieros las que copen el listado, quizá con una del rubro petrolífero - salvo que los precios sigan bajando. 


Infographic: What a Difference 10 Years Make | Statista
Más estadísticas en Statista

Lo más notable de este dato es que se trata de una industria, las TIC, que opera al revés del resto de la economía, debido al cumplimiento constante de la llamada Ley de Moore. Ganan cada año más dinero a pesar que los productos no solo no suben de precio en términos constantes y de paridad del dinero, sino que bajan. Y considerando el performance por unidad de dinero gastada, bajan mucho. 

La nueva economía que están trayendo las tecnologías emergentes está generando un excedente para el consumidor jamás visto antes en la historia. En Internet, es del 100% en muchos servicios y productos gratis por los que antes se debía pagar, partiendo por el correo, siguiendo por la educación, por periódicos, libros, películas, y un sin número de servicios que antes costaba dinero del bolsillo de los consumidores. Cuando se combina Internet con la telefonía móvil, se llega a extremos inimaginables hace diez años atrás. Hoy en un smartphone hay un celular, una cámara digital, una cámara de video, un personal stereo, un GPS, un aparato de radio, una TV, un computador... todo por el precio mensual de un servicio de telefonía móvil o por un monto fijo que es un pequeño porcentaje de lo que hubiera costado hace diez años todos esos productos por separado. En el camino han quedado muchas industrias de productos tangibles que han visto como sus productos eran dejados obsoletos por la irrupción de productos digitales a costo cero. 

Lo que está aún por decantar es el modelo de negocios detrás de toda esta revolución. ¿Quien paga por todo esto? De momento, ha sido la industria de la publicidad o el dinero de los inversores de capital de riesgo. Ha sido Apple precisamente el pionero en definir cómo se va a financiar en el futuro: con precios  muy bajos. Apple ha vendido más de 10.000 millones de canciones y contenidos en su tienda, cobrando por ellos. Algunos son gratis, porque quienes los produjeron así lo quieren. 

Inmensidad en la variedad de la oferta, precios ridículamente bajos, y sin embargo, utilidades récord en la historia. Bienvenidos a la Sociedad del Conocimiento. Si su empresa se dedica a entregar un producto o servicio "físico" pregúntese seriamente si no es "destangibilizable" y ahorrese el disgusto de Kodak, que después de cien años de existencia, y de haber sido pionero y líder mundial en la industria de la fotografía, quebró por no leer bien los tiempos. 

Una última reflexión: en Internet, y en el mercado de las TIC, el mercado de verdad funciona. Barreras de entrada y salida bajas. Libre competencia. Mejoras continuas de productos y servicios. Precios contenidos o cada vez más bajos. No gana el que tiene más dinero, sino el que tiene más ingenio. Me encanta. 

Alfredo Barriga

lunes, 19 de octubre de 2015

La Internet de las Cosas y la Economía del Siglo 21

Según una publicación de Mc Kinsey Global Institute, la llamada Internet de las Cosas tendrá un impacto económico para el año 2025 equivalente a entre 2,7 y 6,2 billones de dólares, es decir, entre 10 y 23 veces el PGB de Chile. Según el mismo informe, es la tercera tecnología emergente de mayor impacto económico, detrás de la Internet móvil y la automatización de trabajo de conocimiento.

La Internet de las Cosas esencialmente es sobre sensores que están en todas partes, miden de todo, y están conectados a Internet. Gracias a ello, pueden enviar información a otros sistemas inteligentes. Dicha información se incorpora en procesos, se usa para análisis, o se usa para toma de decisiones – automáticas gracias a la inteligencia artificial, o con intervención humana. Se estima que en la próxima década el número de sensores instalados en todo el mundo podría ser de entre 50 mil millones y un billón. Es decir, por lo bajo, alrededor de 7 sensores por habitante en el mundo.

Son muchos los sectores de la Economía de Chile que están fuertemente expuestos a los cambios de paradigma de la Internet de las Cosas. El monitoreo remoto de enfermedades crónicas, por ejemplo, ayuda a reducir los costos de dichas enfermedades, mejorando a la vez la calidad de vida de esas personas. La capacidad para monitorear y controlar las redes de energía y sistemas de agua puede tener un gran impacto en la conservación de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de agua. Los sensores incorporados en los productos de todo tipo, y comunicados con Internet, permitirían la ubicación de especies robadas en cuestión de minutos. Sensores en todas las calles de la ciudad pueden tomar el pulso al tráfico y modificar las luces verdes, a la vez que guiar los buses de pasajeros, con el chófer cómodamente sentado en su casa con un joystick. El uso a gran escala de los identificadores de radio frecuencia permite tener inventarios continuos en tiempo real de cientos de miles o incluso millones de ítems distintos.

La Internet de las Cosas va a redefinir muchos puestos de trabajo, mejorando su productividad y su aporte a la creación de valor en la organización. Pero para que ello suceda se requiere comenzar a trabajar desde ya, para el manejo del cambio. De lo contrario, puede suceder que, teniendo una tecnología disruptiva habilitante, no haya mano de obra capaz de usarla, con lo cual la organización se queda en el pasado. Se debe ser consciente también que se van a destruir y crear nuevos puestos de trabajo, para lo cual se va a requerir un gran esfuerzo de capacitación y readecuación laboral. 

Un ejemplo de empresa chilena que está avanzando en IoT es CODELCO, que por ejemplo ha puesto sensores en los camiones de movimiento de mineral, aumentando la visibilidad y la exactitud de la conducción. Los conductores no están en el camión, sino en una oficina a cientos o miles de kilómetros de distancia. Con un joystick, por supuesto.

Es desde todo punto de vista recomendable generar una colaboración público-privada alrededor de este nuevo paradigma. La IoT es una tecnología de punta detrás de lo que se ha dado por denominar “realidad inteligente”, y que se traduce en “ciudades inteligentes”, “edificios inteligentes”, “producción inteligente”, “agricultura inteligente”, “salud inteligente”, etc. Todo ello configura una verdadera "Economía inteligente" (smart economy), que es una de las características de la Economía del siglo 21. En definitiva, son las cosas las que se encargan de recoger, procesar y entregar información para la toma de decisiones. Y también toman decisiones en algunos casos, pero eso ya es otra tecnología.


Alfredo Barriga

viernes, 25 de septiembre de 2015

La siguiente revolución industrial viene de la mano de la siguiente revolución digital

Gracias al desarrollo exponencial que están teniendo tecnologías como la inteligencia artificial (AI), la Internet de las Cosas (IoT), la Internet Móvil, los vehículos semiautónomos o la robótica, se está gestando una nueva revolución industrial marcada por la creciente autonomía de los procesos industriales del factor humano, y el reemplazo de recursos naturales por recursos generados en procesos industriales. Ello tendrá un profundo impacto en la productividad y la competitividad de las industrias y de las naciones, así como en el empleo. Nuevos paradigmas se están generando en el desarrollo industrial, al corazón de los cuales se haya las tecnologías digitales.

Esencialmente, estas tecnologías están dotando a los procesos industriales de la capacidad de analizar datos, tomar decisiones y ejecutarlas eficientemente sin errores, a costos que serán muy inferiores a los actuales. Efectivamente, los costos de estas tecnologías, que en algunos casos hoy son caros, bajarán siguiendo el mismo patrón de los computadores, que hoy entregan por US$400 la capacidad de procesamiento que el año 1975 costaba US$5 millones.


Las potencias industriales que hoy exhiben como principal ventaja competitiva el costo de la mano de obra ya están trabajando en cómo adaptarse a los nuevos tiempos. Especialmente Corea del Sur y China están apostando fuerte a la llamada “Economía del Conocimiento”. Pero también están siguiendo su ejemplo países mono productores de recursos naturales como Qatar, conscientes de que se están creando tecnologías alternativas y renovables que pueden dejar obsoleto el producto que hoy venden. Al respecto, Chile haría bien en al menos comenzar a evaluar si todo esto le afecta y cómo y generar un Plan estratégico al respecto. No podemos seguir viviendo de espaldas al siglo 21 solo porque los paradigmas del siglo 20 siguen funcionándonos bien. 

Alfredo Barriga

jueves, 30 de julio de 2015

Windows 10: ¿Rompiendo paradigmas o recuperando terreno perdido?

Microsoft lanzará su sistema operativo Windows 10 que será gratis para la base instalada de Windows 7 y 8x. Primera vez en su historia que entrega un producto "core" de forma gratuita. Se calcula que dejará de ingresar 500 millones de dólares solo el primer año. No es mucho considerando que sus ingresos anuales se miden en decenas de miles de millones de dólares. 

Microsoft anuncia que Windows 10 es algo totalmente distinto a lo que había hasta ahora, y por ello "se salta" el número 9 que correspondía a esta versión. La pregunta que cabe hacer es si esa disrupción lo es consigo mismo o en el mercado. ¿Está Windows 10 cambiando paradigmas o simplemente poniéndose al día con su competencia?

Por décadas, la gran ventaja competitiva de Microsoft fue su sistema operativo Windows. Dentro de las muchas ideas brillantes de su fundador, Bill Gates descubrió el paradigma del "estándar de facto" en la industria del software. Por cierto, Steve Jobs - que fue gran rival en vida - reconoció a Bill Gates - como su principal aporte a la industria - la invención de la empresa de software 100% pura. 

El estándar de facto del sistema operativo consiste en poner el mismo a un precio tan bajo que sea rápidamente adoptado por la mayoría de los fabricantes de computadores. Entonces se genera un círculo virtuoso, porque mientras más computadores tengan un sistema operativo determinado, más aplicaciones se harán para el mismo, y mientras más aplicaciones haya, más computadores se venderán. 

Esa fue la esencia del enorme éxito económico de Microsoft, que lo convirtió en una máquina de hacer dinero. Hasta entonces, los sistemas operativos eran propietarios - es decir, amarrados a una máquina de una marca concreta. Este fue el modelo de negocios seguido por Apple. Con el lanzamiento del primer chip de Intel, ya comenzaron a surgir empresas que desarrollaron sistemas operativos para dicho chip, separando la marca del computador del fabricante del sistema operativo. Debido a ello, IBM ensambló, más que desarrollar, el PC - rompiendo su modelo de negocios, donde sistema operativo y computador eran desarrollados por la misma empresa. Debido a ello, Microsoft tuvo la oportunidad de su vida de desarrollar el DOS para el IBM PC. Y Bill Gates tuvo la astucia de hacer un contrato de licenciamiento de software en vez de venta de software: a pesar de que IBM contrató a Microsoft para desarrollar un sistema operativo para el IBM PC, Gates consiguió que fuese un licenciamiento, que le permitía hacer lo mismo para otros fabricantes de computadores con Intel dentro. En ese momento, IBM era el gigante de la computación. Microsoft era nadie. El único fabricante de PCs fuerte era Apple, que usaba el chip de Motorola y no podía por lo tanto usar el DOS de Microsoft. IBM le restó importancia, porque durante toda su historia - que era la historia de la computación mundial hasta ese momento - lo importante había sido "la máquina". Jamás se imaginó IBM que con ese contrato estaba dando pie a que le entrara una enorme competencia directa, ni que con la Ley de Moore los PC acabaran por reemplazar a los mini computadores, que eran su principal fuente de ingresos. 

Disculpen la larga disertación, pero es importante para entender qué pasó después. 

Microsoft por lo tanto estableció el modelo de negocios de la industria del software, que luego sería el modelo de negocios de la industria de la informática entera. Y desde allí se transformó en una máquina de hacer dinero, invencible. Hasta que llegó Internet, que cambió todo. 

La World Wide Web y el HTML fueron una disrupción al modelo inventado por Microsoft. Una plataforma informática disruptiva, masiva... y gratis. Internet no inventó el software gratis - existía desde hacía mucho tiempo, bajo varias modalidades - pero cambió para siempre los pilares del modelo de negocios en los que se basaba Microsoft - en cuyo corazón se hallaba el sistema operativo Windows. No lo hizo de un día para otro. De hecho, cuando salió la www, Bill Gates le restó importancia - cometiendo el mismo error que IBM había cometido con Microsoft escasamente 10 años antes (el IBM PC salió en 1981, y la www salió en 1991). 

El caso es que con Internet hubo una nueva independencia. Si Microsoft había independizado el sistema operativo de la marca del computador, el HTML (el lenguaje que permite a la www existir) independizó las aplicaciones del sistema operativo. Durante 10 años Microsoft había construido su predominancia en el mundo de la computación sobre la base de dominar el sistema operativo, presente en el 90% de los computadores del mundo, y creciendo a dos dígitos año tras año. Gracias a esa predominancia, Microsoft podía desarrollar software para su propio sistema operativo con ventajas competitivas. Con Office barrió a los demás fabricantes de software de productividad personal, como Lotus (comprada por IBM), Wordstar, DBase, Borland, y una larga lista de empresas que ya nadie recuerda. Se hizo famoso por la práctica de "querer comprar" una aplicación existente en el mercado para luego decirle a los vendedores que en realidad ya estaban trabajando en algo igual. 

Todo eso tardó 17 años en comenzar a desmontarse. Las vueltas de la vida: quien hizo que eso sucediera fue... Apple. Con su iPhone y su iPad creaba dos nuevas categorías de dispositivo informático, los cuales se masificaban a una velocidad nunca antes vista en una de por sí muy rápida industria. A Apple rápidamente le salían dos competidores que en dos años le quitaban a su vez su preponderancia: Google con el sistema Android y Samsung con sus smartphones de la linea Galaxy. Tanto se masificaron, que hicieron lo que hasta entonces no había sucedido jamás: la venta de Notebooks y de PC bajó, siendo reemplazados por estos dispositivos. Y ahí sí que se estaba afectando al corazón del negocio de Microsoft. 

Windows 10 es la respuesta de Microsoft frente al nuevo escenario. Para fortuna de la empresa, no han tenido que pasar por la traumática experiencia de IBM, que estuvo a punto de quebrar mientras aún era la empresa más grande del mundo en la industria de la informática, y tuvo que reinventarse completamente. Al parecer la salida de Steve Balmer y a llegada de una nueva generación, con un nuevo mandamás que viene del entorno Internet, ha hecho posible esta nueva regeneración del popular sistema operativo - aún, el que está presente en más dispositivos computacionales del mundo. 

Google ya estaba detrás de hacer que su Android funcionara en todo tipo de dispositivo. Bajo ese punto de vista, el anuncio de que el mismo Windows 10 podrá funcionar con computadores, smartphones, tablets, y dispositivos de la Internet de las Cosas como el anteojos 3D, no es disruptivo ni novedoso. Lo importante para Microsoft es que han sido capaces de sacarlo antes. Han aprovechado su "core knowledge" para hacer desde cero un nuevo sistema operativo que responda a lo que viene por delante este siglo 21, donde la va a llevar el "multidevice" y la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés). 

En definitiva, Microsoft simplemente se está poniendo al día, pero al hacerlo está reorientando su modelo de negocios de acuerdo con la nueva realidad. Y lo está haciendo bien. Apoyándose en sus fortalezas e incorporando rápidamente los nuevos paradigmas - aunque no los haya inventado. Camino paralelo al seguido en su día por IBM en su reinvención, cuando sacaron del léxico corporativo la frase "not invented here" como desprecio a todo lo que no fuera IBM. 

El futuro de Microsoft, y de las empresas de informática en general, está "en la nube", es decir, en Internet. Para Mc Kinsey, la principal tecnología disruptiva es en este momento la Internet móvil, que incorporará para el año 2025 a 2 mil millones de habitantes más. En la nube estarán las aplicaciones. Y Microsoft quiere que los dispositivos que se conecten a la nube lleven Windows 10 dentro. Por primera vez en su historia, tienen que salir a vender su sistema operativo al consumidor final, que es quien elije Android (de Google) o IOS (de Apple) en sus dispositivos. 

La industria de las tecnologías de la información se prepara para un gran cambio, y no podemos saber aún quienes resultarán ganadores. 

Alfredo Barriga

jueves, 29 de enero de 2015

First Look: Windows 10 cambia paradigma en Microsoft

Creo que Windows 10 es un punto de inflexión de parte de Microsoft, que últimamente parecía haber perdido el norte y su razón de ser. Vuelve a ser lo que fue originalmente: una empresa de software. Pero ha demostrado además aprender de su competencia y de todo lo ocurrido en el mundo de las tecnologías digitales en lo que va de siglo 21.

Windows 10 es un cambio conceptual radical, basado sin embargo en algo sencillo, obvio y de sentido común: un sistema operativo verdaderamente multi dispositivo. Viendo los videos promocionales uno se pregunta cómo no se les había ocurrido antes. Recuerda al caso de Apple y el iPod. Sony tenía toda la tecnología y era dueño de todas las partes necesarias para inventar el iPod. Sobre todo después de su éxito con el Walkman. Sin embargo, no lo hizo, y un fabricante de computadores – Apple – si. Microsoft tenía todo para inventar lo que al fin ha salido bajo Windows 10, y no lo había hecho. Se arriesgaba a que le pasara lo mismo que a Sony. Me alegro que no fuera así, y que haya sido capaz de reaccionar.

Windows 10 es un sistema operativo para la era de la computación que se abre en el siglo 21: móvil, hiperconectada, basada en la nube, multi-dispositivo y rápidamente adaptable aún por personas sin experiencia digital. Microsoft tenía sistema operativo para computadores personales, para videojuegos, para smartphones y para Tablets. Pero cada uno de ellos tenía sus particularidades. Tenía sus servicios y aplicaciones en la nube, pero el mundo Smartphone no era igual que el mundo PC o el mundo videojuegos. Tenía incluso dispositivos como el X-Box. Se acababa de comprar Nokia. Y sin embargo, cada cual iba por su cuenta. Ahora se unen bajo una sola plataforma, pero partiendo de cero, y reinventando lo que es un sistema operativo. Funcionalidades que solo estaban en los smartphones, como Cortana – competencia de Siri - ahora están en todos los dispositivos con Windows 10. Y se añaden nuevas categorías de dispositivos, como un computador holográfico impresionante que son en realidad unos anteojos inteligentes (smart glass), o una pizarra touch inteligente.

Francamente, no pensé que serían capaces de hacerlo, porque Microsoft parecía haberse convertido en una empresa pesada, lenta, burocrática aunque muy eficiente, con diversas líneas de producto que no conversaban entre ellas – muy parecido a Sony cuando no pudo inventar el iPod teniendo todo para hacerlo. Parecía que la época de Microsoft se acercaba a su ocaso. No tenía la imagen de una empresa innovadora como sus rivales Apple y Google. Ahora sí. 

La estrategia de marketing – donde Microsoft sigue siendo excepcional – apunta a una penetración global e inmediata hacia el nuevo paradigma. Genial. Por primera vez en su historia, el upgrade será gratis para 1.500 millones de usuarios que tienen Windows 7, 8.1 o 8.1 phone, siempre que lo cambien antes de 1 año. Microsoft busca un “Big Bang” alrededor de su nuevo sistema operativo. Un “antes” y un “después”. Con ello, Microsoft se integra de pleno a la gran lucha que hasta ahora estaba siendo protagonizada por Apple y Google. Solo le falta un elemento para estar realmente en igualdad de condiciones: un ecosistema de aplicaciones del tamaño de AppStore o Google Play. 

En cualquier caso, el consumidor es el gran beneficiado.

Alfredo Barriga

domingo, 11 de enero de 2015

Being Right

La centroderecha chilena debe rearticularse alrededor de las ideas que ha defendido siempre, pero insertándose en el siglo 21. Necesita una misión que convoque e ilusione a todos, con un objetivo que genere entusiasmo porque realmente beneficia a todos. Traer  a Chile los beneficios del siglo 21, que será un siglo digital, es el mejor objetivo que puede poner. La Sociedad que nos trae Internet incorpora principios que tradicionalmente ha defendido de la centroderecha, como libertad e iniciativa individual, meritocracia, igualdad de oportunidades, o rol subsidiario del Estado.

Internet - junto con otras tecnologías disruptivas - está cambiando la sociedad civil, la economía y la política, tanto o más como en su día cambió al mundo la revolución industrial y el capitalismo. Estamos pasando desde una Sociedad  Industrial, cuya economía está basada en el capital financiero, a una Sociedad Digital, cuya economía está basada en el capital intelectual. El foco de las naciones será el descubrimiento y desarrollo de los talentos personales para que, como resultado, las personas trabajen en aquello en lo que tienen más talento y más les gusta. Como consecuencia, habrá una creación de bienestar muy superior al actual, junto a una mayor cohesión y justicia social. Internet genera un ecosistema que facilita que esto suceda.

Si la centroderecha pone su foco en la incorporación plena de Chile al siglo 21,  sus principios serán automáticamente defendidos, cambiando de una vez por todas el eje de la política desde el pasado hacia el futuro, superando esta sociedad aún bipolarizada alrededor de la lógica del sí y el no.

Los talentos no desarrollados de los chilenos son el peor despilfarro de recursos que tenemos, y traen mucha frustración a mucha gente. El cobre no es renovable. Los talentos, si. El cobre no nos ha dado ni nos dará mayor igualdad de oportunidades, ni mayor cohesión social, ni una mejor sociedad. Los talentos, sí. Los problemas de fondo de Chile no se resolverán con mayor Estado ni con mayor mercado, sino con mayor talento, y con un país enfocado a que todas las personas puedan descubrir y desarrollar los suyos. El crecimiento económico del siglo 21 viene de la mano del desarrollo del capital intelectual, y solo el capital intelectual puede darle verdaderas oportunidades de promoción social a quien no las tiene. Es el camino corto hacia un verdadero desarrollo.

Sin un Desarrollo Digital para Chile, nos quedaremos en la trampa del ingreso medio, con una sociedad que exige cada vez más y un Estado que debe crecer cada vez más para intentar entregar lo que se exige. Seremos un país que se queda en la explotación de recursos naturales y no crea buenos puestos de trabajo.

En el Siglo 21, “being right is being right”. Las ideas correctas (being right, en el sentido de “estar en lo correcto”) vendrán de ideas que siempre ha defendido la centroderecha (being right, en el sentido de “ser de derecha”), pero solo  en la medida en que ésta trabaje por la Sociedad donde dichas ideas funcionan de verdad para entregar a todos mejores oportunidades y calidad de vida. De lo contrario, Chile seguirá votando por la centroizquierda, porque se mantendrán las ineficiencias de un modelo social y económico fracasado en su promesa de llegar a todos, y que necesita del Estado como “elemento balanceador”.  

Alfredo Barriga

Enero de 2015