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jueves, 30 de julio de 2015

Windows 10: ¿Rompiendo paradigmas o recuperando terreno perdido?

Microsoft lanzará su sistema operativo Windows 10 que será gratis para la base instalada de Windows 7 y 8x. Primera vez en su historia que entrega un producto "core" de forma gratuita. Se calcula que dejará de ingresar 500 millones de dólares solo el primer año. No es mucho considerando que sus ingresos anuales se miden en decenas de miles de millones de dólares. 

Microsoft anuncia que Windows 10 es algo totalmente distinto a lo que había hasta ahora, y por ello "se salta" el número 9 que correspondía a esta versión. La pregunta que cabe hacer es si esa disrupción lo es consigo mismo o en el mercado. ¿Está Windows 10 cambiando paradigmas o simplemente poniéndose al día con su competencia?

Por décadas, la gran ventaja competitiva de Microsoft fue su sistema operativo Windows. Dentro de las muchas ideas brillantes de su fundador, Bill Gates descubrió el paradigma del "estándar de facto" en la industria del software. Por cierto, Steve Jobs - que fue gran rival en vida - reconoció a Bill Gates - como su principal aporte a la industria - la invención de la empresa de software 100% pura. 

El estándar de facto del sistema operativo consiste en poner el mismo a un precio tan bajo que sea rápidamente adoptado por la mayoría de los fabricantes de computadores. Entonces se genera un círculo virtuoso, porque mientras más computadores tengan un sistema operativo determinado, más aplicaciones se harán para el mismo, y mientras más aplicaciones haya, más computadores se venderán. 

Esa fue la esencia del enorme éxito económico de Microsoft, que lo convirtió en una máquina de hacer dinero. Hasta entonces, los sistemas operativos eran propietarios - es decir, amarrados a una máquina de una marca concreta. Este fue el modelo de negocios seguido por Apple. Con el lanzamiento del primer chip de Intel, ya comenzaron a surgir empresas que desarrollaron sistemas operativos para dicho chip, separando la marca del computador del fabricante del sistema operativo. Debido a ello, IBM ensambló, más que desarrollar, el PC - rompiendo su modelo de negocios, donde sistema operativo y computador eran desarrollados por la misma empresa. Debido a ello, Microsoft tuvo la oportunidad de su vida de desarrollar el DOS para el IBM PC. Y Bill Gates tuvo la astucia de hacer un contrato de licenciamiento de software en vez de venta de software: a pesar de que IBM contrató a Microsoft para desarrollar un sistema operativo para el IBM PC, Gates consiguió que fuese un licenciamiento, que le permitía hacer lo mismo para otros fabricantes de computadores con Intel dentro. En ese momento, IBM era el gigante de la computación. Microsoft era nadie. El único fabricante de PCs fuerte era Apple, que usaba el chip de Motorola y no podía por lo tanto usar el DOS de Microsoft. IBM le restó importancia, porque durante toda su historia - que era la historia de la computación mundial hasta ese momento - lo importante había sido "la máquina". Jamás se imaginó IBM que con ese contrato estaba dando pie a que le entrara una enorme competencia directa, ni que con la Ley de Moore los PC acabaran por reemplazar a los mini computadores, que eran su principal fuente de ingresos. 

Disculpen la larga disertación, pero es importante para entender qué pasó después. 

Microsoft por lo tanto estableció el modelo de negocios de la industria del software, que luego sería el modelo de negocios de la industria de la informática entera. Y desde allí se transformó en una máquina de hacer dinero, invencible. Hasta que llegó Internet, que cambió todo. 

La World Wide Web y el HTML fueron una disrupción al modelo inventado por Microsoft. Una plataforma informática disruptiva, masiva... y gratis. Internet no inventó el software gratis - existía desde hacía mucho tiempo, bajo varias modalidades - pero cambió para siempre los pilares del modelo de negocios en los que se basaba Microsoft - en cuyo corazón se hallaba el sistema operativo Windows. No lo hizo de un día para otro. De hecho, cuando salió la www, Bill Gates le restó importancia - cometiendo el mismo error que IBM había cometido con Microsoft escasamente 10 años antes (el IBM PC salió en 1981, y la www salió en 1991). 

El caso es que con Internet hubo una nueva independencia. Si Microsoft había independizado el sistema operativo de la marca del computador, el HTML (el lenguaje que permite a la www existir) independizó las aplicaciones del sistema operativo. Durante 10 años Microsoft había construido su predominancia en el mundo de la computación sobre la base de dominar el sistema operativo, presente en el 90% de los computadores del mundo, y creciendo a dos dígitos año tras año. Gracias a esa predominancia, Microsoft podía desarrollar software para su propio sistema operativo con ventajas competitivas. Con Office barrió a los demás fabricantes de software de productividad personal, como Lotus (comprada por IBM), Wordstar, DBase, Borland, y una larga lista de empresas que ya nadie recuerda. Se hizo famoso por la práctica de "querer comprar" una aplicación existente en el mercado para luego decirle a los vendedores que en realidad ya estaban trabajando en algo igual. 

Todo eso tardó 17 años en comenzar a desmontarse. Las vueltas de la vida: quien hizo que eso sucediera fue... Apple. Con su iPhone y su iPad creaba dos nuevas categorías de dispositivo informático, los cuales se masificaban a una velocidad nunca antes vista en una de por sí muy rápida industria. A Apple rápidamente le salían dos competidores que en dos años le quitaban a su vez su preponderancia: Google con el sistema Android y Samsung con sus smartphones de la linea Galaxy. Tanto se masificaron, que hicieron lo que hasta entonces no había sucedido jamás: la venta de Notebooks y de PC bajó, siendo reemplazados por estos dispositivos. Y ahí sí que se estaba afectando al corazón del negocio de Microsoft. 

Windows 10 es la respuesta de Microsoft frente al nuevo escenario. Para fortuna de la empresa, no han tenido que pasar por la traumática experiencia de IBM, que estuvo a punto de quebrar mientras aún era la empresa más grande del mundo en la industria de la informática, y tuvo que reinventarse completamente. Al parecer la salida de Steve Balmer y a llegada de una nueva generación, con un nuevo mandamás que viene del entorno Internet, ha hecho posible esta nueva regeneración del popular sistema operativo - aún, el que está presente en más dispositivos computacionales del mundo. 

Google ya estaba detrás de hacer que su Android funcionara en todo tipo de dispositivo. Bajo ese punto de vista, el anuncio de que el mismo Windows 10 podrá funcionar con computadores, smartphones, tablets, y dispositivos de la Internet de las Cosas como el anteojos 3D, no es disruptivo ni novedoso. Lo importante para Microsoft es que han sido capaces de sacarlo antes. Han aprovechado su "core knowledge" para hacer desde cero un nuevo sistema operativo que responda a lo que viene por delante este siglo 21, donde la va a llevar el "multidevice" y la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés). 

En definitiva, Microsoft simplemente se está poniendo al día, pero al hacerlo está reorientando su modelo de negocios de acuerdo con la nueva realidad. Y lo está haciendo bien. Apoyándose en sus fortalezas e incorporando rápidamente los nuevos paradigmas - aunque no los haya inventado. Camino paralelo al seguido en su día por IBM en su reinvención, cuando sacaron del léxico corporativo la frase "not invented here" como desprecio a todo lo que no fuera IBM. 

El futuro de Microsoft, y de las empresas de informática en general, está "en la nube", es decir, en Internet. Para Mc Kinsey, la principal tecnología disruptiva es en este momento la Internet móvil, que incorporará para el año 2025 a 2 mil millones de habitantes más. En la nube estarán las aplicaciones. Y Microsoft quiere que los dispositivos que se conecten a la nube lleven Windows 10 dentro. Por primera vez en su historia, tienen que salir a vender su sistema operativo al consumidor final, que es quien elije Android (de Google) o IOS (de Apple) en sus dispositivos. 

La industria de las tecnologías de la información se prepara para un gran cambio, y no podemos saber aún quienes resultarán ganadores. 

Alfredo Barriga

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