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lunes, 29 de diciembre de 2008

La llegada de Wall Mart y el Paradigma de las TIC en los modelos de negocio

Quien suscribe es uno de los más contentos con la llegada de Wall Mart. Para quienes enseñamos y asesoramos en Planificación estratégica de TIC, el caso Wall Mart – Procter & Gamble es un ícono de cómo las TIC pueden cambiar el Modelo de Negocios y conseguir una ventaja competitiva sustentable en el tiempo. Haber llegado a ser la primera empresa a nivel mundial por volumen de ventas es consecuencia de las decisiones sobre el Modelo de Negocios en el retail que tomó Wall Mart hace más de 20 años, donde las TIC jugaron un rol esencial.

En ese entonces, Wall Mart aplicaba el clásico paradigma de retail para conseguir precios más bajos: presionar precios sobre los proveedores. Ello necesariamente llevaba a una lógica de negociación donde las dos variables en discusión eran precio y cantidad. El equilibrio – sacado de libro de texto de la microeconomía clásica – llegaba en una combinación entre alta cantidad de producto a comprar a un precio muy bajo, lo cual dejaba a ambos contentos.

Hasta que el controller de Wall Mart, alarmado por el incremento en costos de inventario, descubrió que el 65% del espacio de bodega de Wall Mart eran pañales Pampers. A eso había llevado la lógica de negociación basada en los paradigmas tradicionales de la economía.

Wall Mart se planteó innovar en el Modelo de Negocios, generando el que tal vez haya sido el primer modelo de negocios dentro de la Economía del Conocimiento.

Wall Mart descubrió que su principal valor en la cadena de retail no era comprar barato para vender barato y tener más ventas – y por lo tanto, más utilidades. Decidió que su principal creación de valor era el merchandising: el expertise en conseguir atraer a millones de personas a sus locales para que dejaran el máximo posible de su dinero cada vez. Así planteadas las cosas, los proveedores pasaban a ser claves en la generación de valor. Wall Mart se focalizaría en su negocio de atraer gente a sus locales, pero en conjunto con sus proveedores vería la forma de que dejaran la mayor cantidad posible de su dinero cada vez. Así, los proveedores – expertos cada uno de ellos en sus productos – podrían empujar las ventas en coordinación con Wall Mart. Al trabajar coordinadamente, además, vieron el negocio completo, desde el proveedor al cliente final pasando por el distribuidor. Ello les permitió descubrir formas de reducir costos del proceso logístico.

En todo este modelamiento, las TIC estuvieron presentes. No como algo de lo que se echa mano una vez diseñado el Modelo, sino en el diseño mismo. Tanto la gente de Wall Mart como la de Procter & Gamble sabían “ver” las TIC desde el mundo de los negocios. Si esa visión, no habrían generado el modelo que fue tan exitoso.

El nuevo sistema quedó como sigue:

  • P&G sería responsable del proceso logístico completo, desde fábrica hasta góndola.
  • Wall Mart pondría a disposición de P&G hasta un 5% de la superficie de Bodega
  • La propiedad de los productos sería de P&G hasta que pasaran por caja
  • Wall Mart pagaría mediante transferencia electrónica a P&G todas las ventas del día al día siguiente, junto con entregarle toda la información respecto a como habían ido, local por local, producto por producto.
  • P&G pondría los precios de acuerdo con Wall Mart de forma dinámica, atendiendo a la demanda de cada momento y lugar

Gracias a este nuevo Modelo de negocios, ambos salieron ganando:

Wall Mart redujo su espacio de inventario desde un 65% dedicado a un proveedor, a un 5%, y su capital de trabajo a cero: pagaba cuando había cobrado. La rentabilidad del nuevo escenario en comparación con el antiguo: infinita.

Al incorporar a P&G a toda la cadena de valor del negocio del retail, Wall Mart cambió el foco de P&G desde ser un eficiente fabricante de pañales hacia ser un generador de ventas alineado con el negocio de Wall Mart. P&G es experto en pañales; Wall Mart, en atraer personas a sus locales. P&G es el mejor aliado de Wall Mart para que la compra de pañales sea lo más atractivo posible para su cliente. Los dos trabajan unidos de cara a quien paga por la cadena de valor completa.

P&G cambia la “caja negra” en que se había convertido su venta a Wall Mart (donde, una vez acordado p x q, su foco estaba en reducción de costos para maximizar beneficios, ya que lo demás estaba fijado) por un canal transparente que le permite conocer como reacciona el mercado a sus estrategias de ventas, ganando en conocimiento del consumidor final.

Como las TIC habían estado presentes en el inconsciente de las personas de Wall Mart y de P&G al momento de modelar el nuevo proceso, a la hora de implementar fue mucho más sencillo, claro para ambos y contundente en cuanto a sus resultados.

Una experiencia personal con Wall Mart. Me llegó un mail ofreciéndome computadores a muy buen precio. Les escribí para saber si podían despachar a Chile. Antes de dos horas tenía la respuesta (no atendían en lugares donde no estuvieran presentes) He tenido varias experiencias con el retail local. Jamás he tenido ese nivel de atención.

Me encanta que llegue Wall Mart a Chile. Trae mucho más que mejores precios. Trae un Modelo de Negocios basado en los paradigmas de la Sociedad del Conocimiento. ¡En buena hora!

Alfredo Barriga

EDUCACION PARA NATIVOS DIGITALES

Los niños que se están incorporando a la educación desde hace ya 8 años nacieron cuando ya existía Internet. Son “nativos digitales”, y ello tiene un gran efecto en las metodologías de educación más adecuadas y eficientes que se han de desarrollar para aprovechar positivamente este hecho. Prohibirles el uso del computador no funciona. Educarlos en su uso funciona. Y dependiendo del buen o mal uso – o no uso - que hagamos de estas herramientas saldrán personas balanceadas o desbalanceadas.

Porque su hábitat común es digital. Chatean, miran la televisión y hacen las tareas. Todo al mismo tiempo. A quienes nos educaron con una metodología más “lineal” nos parece imposible. Pensamos que realmente no están aprendiendo. Nos equivocamos a medias. Pueden aprender mucho más de lo que nosotros aprendimos con las metodologías al uso en nuestra época, y que entonces eran correctas. Pero ya no lo son.

El solo hecho de hacer múltiples actividades a la vez de forma coordinada (“multitasking”) añade una dimensión totalmente nueva y de enormes potencialidades a la educación.

En el proceso de educación hay varias dimensiones comprometidas. De una parte, quizá la central, está el “aprender a aprender”. Pues bien: los nativos digitales ya son duchos en esa materia. Nadie les enseñó a usar el computador: lo hicieron de forma nativa. Lo mismo que a usar el DVD, la televisión, chatear, jugar por Internet, subir fotos, abrir y administrar una cuenta en Facebook, un mail o un blog.

De otra parte, está la adquisición pura de conocimientos. La metodología de “profesor que se para en la tarima y entrega contenidos” se está convirtiendo en una forma ineficiente de entregar conocimientos, comparado a como puede ser usando tecnologías de la información (TIC). Hoy por hoy, se puede encontrar en Internet todo tipo de contenidos de apoyo a la educación. Se podría ahorrar una no despreciable suma de dinero a los padres si se echara mano de dichos contenidos, a condición de que hubiese acceso universal a esta herramienta. Ese es uno – y no el menor – de los beneficios inmediatos de la iniciativa “un laptop por niño”. Con el ahorro en material escolar el laptop se paga solo, y sobra. Pero hay que cambiar los textos educativos y migrarlos hacia Internet o medios digitales.

De otra parte está la adquisición de habilidades. Por ser nativos digitales, ya vienen con habilidades intelectuales adquiridas por su cuenta, por lo cual es necesario potenciarlas, en vez de tratar de desarrollarlas (¡si ya las tienen!). Hay otras habilidades en cambio que con el tiempo han ido decayendo, como lo muestran una y otra vez las pruebas SIMCE. La habilidad de comprensión de textos. La habilidad de expresarse correctamente mediante el uso de palabras. La habilidad de usar la lógica y la retórica. Los exámenes que nos toca corregir a los profesores de pregrado - ¡y de post grado! – dejan mucho que desear en el uso de la lengua de Cervantes.

Por último, la educación no es completa sin una educación valórica. Al menos, en lo concerniente a ser buen ciudadano, respetuoso de los demás, con espíritu solidario, capaz de sacrificios por otros, capaces de la amistad incondicional. Con un Ethos mínimo respecto de valores universales como la honestidad, la laboriosidad, la justicia, la templanza, la prudencia, la fortaleza, y un largo etcétera. Algo que ha sido el Ethos de la humanidad desde siempre.

Un profesor pide a los niños que escriban sobre Alejandro Magno. Ni cortos ni perezosos, se van al “rincón del vago” o a la Wikipedia en Internet, y “bajan” la tarea. El profesor considera que han hecho trampa, y los castiga. Aquí lo que está mal es la metodología de enseñanza, no el hecho que los niños bajen el contenido desde Internet. Si en vez de luchar contra los medios digitales nos apoyamos en ellos, el formato de la clase podría ser muy distinto: que los niños busquen en Internet materia sobre Alejandro Magno y que la comenten. Por ejemplo: ¿Qué importancia tuvo para Occidente? La clase se convierte en un foro. Se enseña a los alumnos a pensar, más que a memorizar. A ser capaces de desarrollar habilidades de análisis, creación de opinión, argumentación. A ver las cosas “out of the box”. A compartir formas de pensar con otras personas, comprender sus puntos de vista, socializar… ¿no es absurdo que la única instancia de socialización de los alumnos sean los recreos? De esta forma, conseguimos encausar la posible “adicción” a las tecnologías y el que pasen horas frente al computador. Tal y como lo tienen ahora, llegan a la casa con la cabeza llena de conocimientos, y su hábitat de vida les llama a gritos a evadirse en el mundo virtual.

Personas que preguntan, se cuestionan, buscan respuestas, las ponen por obra… es lo que este país necesita para dar el gran salto en desarrollo del que tanto estamos hablando desde hace ya demasiados años. Es un cambio radical de enfoque de la educación y – lo entiendo – da susto cambiar en algo tan importante y sensible. Pero es que el actual modelo no da para más.

Independientemente del Modelo de enseñanza que deseamos para Chile, en el cual hay legítimas visiones distintas, el tema de la incorporación del mundo digital, que es actual, urgente y absolutamente vigente, es una prioridad que no admite más demora. Seguir como seguimos es como si hace 50 años atrás los alumnos fueran a clases sin papel y lápiz, solo para memorizar lo que el escriba les dicta una y otra vez. Así de arcaico.

Los países que están incorporando TIC “a la vena” de la enseñanza están desarrollando mucho más rápidamente su capital intelectual. Y este es directamente proporcional a la capacidad de generar valor, riqueza y bienestar para la población.

Alfredo Barriga C.

martes, 16 de diciembre de 2008

Tecnologías de la Información 2008: el año de Internet en la política y de las redes sociales en Chile

El 26 y 27 de noviembre pasado se realizó el Encuentro Nacional para el Desarrollo Digital, en el cual se presentó el Informe de Economía Digital que prepara regularmente la Cámara de Comercio de Santiago (1). A pesar de la creciente importancia de la economía digital en Chile, el tema aún no se posiciona como debiera en la Agenda nacional.

La Economía digital ha estado creciendo a altas tasas año tras año desde 1999 a la fecha. Se entiende por “economía digital” la suma de gasto en el país a tres niveles: infraestructura digital (hardware, software y servicios vinculados), telecomunicaciones, y comercio electrónico. El principal factor de crecimiento en dicho periodo de tiempo ha sido el comercio electrónico, que cada año crece entre 2 y 3 mil millones de dólares más. Ello supone que para el 2008, 14 mil millones de la Economía Digital lo aportará el comercio electrónico, casi 6 mil las telecomunicaciones y más de 3 mil la infraestructura.

Lo que podría parecer buena noticia no lo es cuando miramos nuestra realidad respecto de quienes lideran mundialmente en economía digital y uso de TIC. Si bien vamos rápidos, cada vez más países van aún más rápidos. Así, por primera vez desde que se toma el índice ICATI sobre capacidad de absorción de TI, elaborado por la Cámara de Comercio de Santiago, nuestro país deja de ser el primero en América Latina, cediendo el puesto a… Argentina. Si se mira el lugar de Chile y el tamaño del índice comparado con el resto del mundo, se puede ver claramente lo mucho que nos queda por hacer:


¿Qué ha sucedido, para que, habiendo al menos liderado por años el uso de TIC en nuestra región, estemos quedando atrás? En nuestra opinión, esencialmente 2 cosas:

1) las TIC se utilizan al momento de implementar políticas, estrategias y planes de acción, en vez de considerarlas al momento de diseñarlas. Con ello las TIC mejoran la competitividad de corto plazo, pero no la competitividad como país, ya que no se usan para innovar en los modelos de negocio, que es donde realmente sucede el “pay back” de las TIC. Se genera así un círculo vicioso: cada año se vuelve menos atractivo invertir en TIC porque los incrementos marginales de competitividad se reducen considerablemente. Y esto sucede tanto en el sector privado como en el público. Estamos siguiendo aún los paradigmas de la Sociedad Industrial, donde las TIC tienen una connotación de “herramienta para automatizar” más que de herramienta de reingeniería, creación de valor e innovación.
2) Las TIC siguen siendo un tema comprendido y usado sobre todo por técnicos, y no se han permeabilizado a las demás áreas de la organización. Quizás solo Finanzas y Recursos Humanos hacen un uso intenso de TIC, pero para aprovechar las mejoras en productividad que incorporan en los procesos administrativos y financieros. Esto sucede por igual en las empresas, reparticiones públicas e instituciones.

Nos estamos quedando atrás respecto de Colombia, por ejemplo, en la adopción por parte de las empresas de sistemas de gestión (ERP), atención a clientes (CRM) e inteligencia de negocios (BI). Un 71% de las empresas no está considerando la incorporación de TIC para modelamiento de negocios, tecnología esencial para reingeniería y mejora de productividad. Un 69% no invertirá en voz sobre IP, que ahorra dinero en telefonía además de potenciar la generación de conocimiento hacia el interior de la organización. A pesar de las ventajas que supone para temas de seguridad en los negocios, un 75% de los encuestados no va a incorporar identificación biométrica. Y a pesar de ser una tecnología excelente para trazabilidad de inventarios, un 84% de las empresas ha manifestado que no invertirá en RFID. Las empresas se están quedando atrás, y muy especialmente las PYME. Lo paradójico de todo esto es que las empresas encuestadas reconocen el impacto de las TIC sobre sus resultados: el 59% considera que contribuyeron a aumentar las utilidades y los ingresos; un 51% considera que ayudaron a mejorar márgenes, y un 44% dice que les permitió mejorar participación de mercado. Pero “ya lo hicieron”, por lo cual posiblemente es la razón que no consideren invertir en nuevas TIC.

Otros países han comprendido mejor que el nuestro la naturaleza y las reglas de este nuevo juego, con los paradigmas de la Sociedad y la Economía del Conocimiento. Lo grave de todo esto es que entre los países que nos están superando hay cada vez mayor número de países a los que claramente superábamos no hace más de 5 años.

En el Encuentro Nacional mencionado se mostraron los resultados de un cuestionario Delphi a expertos en TIC dentro de Chile, que son también muy ilustrativos. Al ser preguntados por el hecho destacado nacional respecto de TIC en el año 2008, hubo coincidencia en señalar la increíble penetración de Facebook y las redes sociales en el país. Creo que el sector privado y el sector político aún no absorben el profundo significado de este fenómeno. Chile terminará el año con la mayor tasa de crecimiento en el mundo en el uso de Facebook (por encima del 2.000%), y estará entre los Top 10 en penetración sobre la población total (4° o 5°) y en números absolutos de usuarios de Facebook (posiblemente nos caigamos del top 10 por la mayor población de otros países competidores). Nadie en el sector privado fue capaz de ver la oportunidad de negocios que se abría con las redes sociales, y hoy ese dinero va a la empresa fundada por un muchacho de 23 años en Estados Unidos. Ningún político chileno logró reunir el número de adherentes en Facebook que consiguió el pintoresco Leonardo Farkas en tan solo 4 meses. Creo que los supera a todos sumados juntos.

Los expertos señalaron como hecho destacado internacional el papel jugado por Internet en la elección de Barack Obama en Estados Unidos – hay consenso general que sin su sitio Web “Full 2.0” no habría ganado la elección.

Todo esto quiere decir que a partir de ahora puede salir perfectamente un candidato para gobernar el país “fuera del sistema”. Quiere decir que la gente ha encontrado un medio donde puede canalizar sus ideas, sueños, y ambiciones, comentarlos con otra gente, generar opinión autónomamente. Quiere decir que Internet ha demostrado con hechos lo que prometía hace 12 años: el empoderamiento de las personas. Y ni el sector privado ni el sector público, ni el sector de la política, ni los economistas, parecen entender ni estar bien preparados para esto.

El clamor de los expertos a la hora de ser preguntados sobre el principal desafío nacional en materia de TIC es que el tema sea tema de una vez en la agenda nacional. No como algo futurista, sino actual, esencial e importante. Hay consenso también en la urgencia de crear una institucionalidad estatal en la materia, como ya están haciendo los países que están avanzando más que nosotros y dar un mayor empoderamiento productivo a las TICs.

Una de las diapositivas más celebradas de la presentación fue la relativa a lo que las empresas y el Estado piensan hacer respecto de incorporación de TIC el próximo año: claramente invertir más en las diversas TIC que se les propone. Lo que pasa es que es la misma respuesta que se viene dando en las últimas encuestas año tras año. O sea, todos dicen que “el año que viene” sí que incorporarán la tecnología A, B y C, y dicha inversión se corre para el año que viene una y otra vez. Lamentablemente, no parece ser que se le tome el peso real al tema, y el presente inmediato de nuestro país depende de que así sea.

Alfredo Barriga

(1) presentación slides en http://www.slideshare.net/glever/la-economia-digital-2008-presentation

miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Es chile un país innovador?

La innovación no es algo que salga por decreto ley, ni que se pueda inculcar en personas que no son innovadoras. La innovación es una actitud. La innovación nace de la curiosidad, del deseo de hacer algo mejor, del ser atrevido, y no pocas veces, de la necesidad. Es cierto que con políticas públicas se puede favorecer un ambiente que ayude a la innovación, pero si la cultura innovadora no acompaña, pocos resultados permanentes van a haber.

Hay frases de uso corriente en Chile que dan una idea de que la cultura y el ambiente en el que nos movemos hoy no es muy propicio a la innovación, ni a la gente con ideas innovadoras.

“Sandía calada”. Este chilenismo, aplicado a los negocios, es luz verde a la llegada de recursos. Tal parece que cuando algo se percibe como “sandía calada”, es cuando merece la atención, los recursos financieros y el respaldo total de los inversionistas. “Sandía calada” no habla precisamente de un ambiente en el que las ideas innovadoras puedan crecer o siquiera formularse, ya que las innovaciones que son "sandía calada" deben ser inexistentes.

“Mover el piso”. Otro chilenismo, muy apropiado de un país con gran actividad telúrica, y que tiene una connotación negativa. Se refiere a situaciones que marcan una disrupción con lo existente, que se salen de lo corriente y pueden afectar la forma en que las cosas han sido hasta ese momento. La connotación negativa de la frase muestra a las claras que en Chile esas situaciones no son queridas, lo cual parecería que tampoco las innovaciones no son muy apreciadas.

“Salir en la foto”. Otra frase que implica “comportarse de acuerdo a lo que los demás esperan de uno”, y que tiene como contraposición "subirse por el chorro", es decir, aprovecharse de una situación sin seguir los convencionalismos. Ambos chilenismos expresan también un ambiente poco dado a la innovación, que premia la actitud “políticamente correcta”, de acuerdo a los “promedios”, y que castiga a quién se sale de lo corriente.

Ejemplos que indican que los recursos y políticas pro innovación –necesarias para superar ese continuo aspecto en el que salimos mal parados en las evaluaciones de competitividad - pueden estar cayendo en un terreno poco propicio para que la innovación, como actitud, pueda incorporarse al alma nacional, al “ser” del chileno corriente.

Y el caso es que Chile ha tenido históricamente, como país, momentos innovadores, en los que ha estado en la vanguardia de las más modernas corrientes del pensamiento político, económico y social. En el siglo XIX fuimos un país que adoptó tempranamente las ideas políticas y económicas de vanguardia y las incorporó en el articulado social. Pienso que, de alguna forma, la bonanza que vino con el salitre reprimió esa actitud innovadora, que no volvió hasta el Siglo XX en la década de los 20 con la primera presidencia de Arturo Alessandri. Pienso que volvimos a tomar la vanguardia del pensamiento económico con las grandes reformas de la década de los 70, pero que aún vivimos del éxito de esa innovación y somos prisioneros del mismo éxito. Ha modelado la forma en que “debemos” pensar, actuar y hacer hasta tal grado, que quien trata de pasar al siguiente estadio en la evolución es escarnecido como imprudente, o con más epítetos propios del chilenismo como “cahuinero”, “chanta” o “arrancado con los tarros”.

Por la idiosincrasia que hemos ido construyendo desde la década de los 70, quizá nos hemos cortado a nosotros mismos la vena innovadora. Es por ello el momento de un cambio de paradigma y de actitud. De no sentirse incómodos con los planteamientos nuevos solo porque son nuevos. De no descartar a priori nada novedoso solo porque es novedoso, con la misma fuerza que no lo aprobamos a priori solo porque es novedoso. De tener la mente abierta a formas distintas de pensar y de hacer las cosas. De ser capaces de sumar aportes de distinto origen. De no hacer sentirse ridículo a quién “no sale en la foto”, porque no quiere hacerlo. De ser capaces de decir frases como las que, hace más de 40 años, dijeran Robert F. Kennedy: hay gente que ve las cosas como son y dice ¿por qué? Yo sueño que cosas que nunca fueron y digo ¿por qué no?

Tal vez una forma de reintroducir la actitud innovadora en Chile venga de la mano de pequeños pasos más que de grandes políticas. Buscar la innovación micro más que la macro, en el puesto de trabajo, en la labor de cada día. De esa forma, cambiaríamos la mentalidad y volveríamos a tener tierra fértil para las grandes innovaciones que hacen falta con urgencia. Termino citando a Ronald Reagan: si no es ahora, entonces ¿cuándo? Y si no somos nosotros, entonces ¿quién?

Alfredo Barriga Cifuentes

13-6-2007

jueves, 28 de agosto de 2008

Ley de Acceso a la Información Pública y Tecnologías de la Información

En el O.P. 604 del Instituto Libertad (http://www.institutolibertad.cl/op_604.htm) se comenta la Ley de Acceso a la Información Pública, resaltando el rol del Consejo para la Transparencia para evitar que la Ley quede en letra muerta.

Las Tecnologías de la Información (TIC) ayudarían definitivamente a que dicha Ley no sea letra muerta. El quid está en el proceso de publicación. Si este es automático desde los sistemas de información del Estado, no puede haber engaño a menos que se manipulen los datos, y eso es directamente un delito.

La tecnología para que haya transparencia total en las cuentas del Estado existe desde hace tiempo. Es alentador escuchar de parte del Ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma que se va a usar intensivamente TIC en la racionalización y simplificación de trámites, ya que ello beneficia directamente al ciudadano, reduciendo el tiempo necesario para hacer los trámites, a la vez que reduce costos al Estado. Sería por lo tanto un buen momento, ya que también ha anunciado la implementación de la nueva Ley de transparencia del Estado, que se ataque el tema de publicación de cuentas e informes usando TIC para que éstas y éstos sean automáticos y no manipulables.

No hay ninguna barrera tecnológica, por ejemplo, para que cualquier miembro de la Cámara de Diputados pueda acceder a información de cuentas públicas, sin necesidad de tener que esperar como hace hoy a que le “envíen la información”.

Desde hace algún tiempo que se viene impulsando un sistema de interoperabilidad, que permita a las distintas reparticiones del Estado compartir sus datos. Esa es también una muy buena instancia para hacer realidad la transparencia en la gestión pública. Cada repartición pone sus datos en un repositorio común. Desde ese repositorio, se podrían desarrollar aplicaciones que, de forma automática, permitan ver la gestión pública. Ello permitiría además avanzar en la modernización de la gestión del Estado, que sigue basada en la fragmentación de información en vez de en la integración de la misma, como ocurre desde hace tiempo en el sector privado. Ello permite tener una visión de conjunto a la vez que analizar en detalle la información que lo acredita.

Para la empresa privada hay dos tecnologías que se deberían desarrollar también en la gestión pública. Una de ellas es el ERP (Enterprise Resource Planning) que permite optimizar los recursos de la empresa y hacerla más eficiente, evitando la dispersión de esfuerzos por parte de los distintos elementos de la misma. Si pudiéramos armar un “ERP del Estado” pondríamos a Chile entre los países con una plataforma de gestión más moderna del mundo. Los beneficios de dicho proyecto pagan más que de sobra los costos, que no son muy altos en comparación con lo que se gasta anualmente en TIC por parte de todo el Estado. Si necesitamos racionalizar la gestión además de transparentarla, esa es la herramienta.

La otra herramienta es conocida como CRM (Customer Relationship Management). Detrás de esta herramienta hay una filosofía que es esencial para el desarrollo de una empresa: el que paga al final de mes no es el jefe, ni el gerente, ni los accionistas: es el cliente. El CRM permite acercar la empresa al cliente y atenderlo de forma que quede satisfecho y sea fidelizado. En vez de “Customer” cambien la terminología por “Citizen” y tenemos lo mismo para el Estado. Su cliente es el cuidadano. El que le paga es el ciudadano. Los procesos del estado (trámites) deben estar orientados a satisfacer al ciudadano, respetando su tiempo. Actualmente, los procesos están diseñados sin valorar en absoluto el tiempo del ciudadano, ni el costo en el que incurre para hacer los trámites. Como en tantas cosas, quienes pagan más caro este enfoque son los más pobres, para quienes el tiempo y el costo de transporte son más onerosos respecto de su presupuesto.

Ahora que estamos comenzando la campaña de elecciones municipales, sería bueno que los candidatos pusieran un poco de su atención en cómo mejorar el servicio a sus vecinos, a la vez que transparentan su gestión. Hay algunas municipalidades que se han movido en dicha dirección. Bueno sería que otras – o todas – las imitaran. Un CRM municipal permitiría a un alcalde conocer cuales son los temas que más interesan a los vecinos, cuales los trámites que son mejor y peor evaluados, cuales y donde están los problemas, etc.

La gestión del gobierno, central o local, es esencialmente un negocio de manejo de información. Las TIC son la “fábrica” sobre la cual gira el servicio que el Gobierno debe producir para sus clientes. Esperemos que dentro del espíritu de modernización que parece animar al actual gobierno realmente se de a las TIC la relevancia que tienen.

Alfredo Barriga

sábado, 23 de agosto de 2008

Las TICs en el manejo del Estado y el liderazgo de la Nación

Hay dos grandes temas alrededor de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) y su articulación en las políticas públicas y el desarrollo de un Estado moderno:

1. Herramienta sobre la cual se construye la Sociedad del Conocimiento

El futuro del bienestar de las naciones, su competitividad y su desarrollo ya no van a estar en función de sus recursos naturales como en el pasado, sino en sus recursos humanos: en la capacidad de la nación de conseguir que cada cuidadana y cada ciudadano pueda desarrollar los talentos con los que fue dotado por Dios y pueda aplicarlos para generar bienestar para los suyos y para su país.

La Sociedad industrial está dando paso a la Sociedad del Conocimiento, donde la capacidad de generar, absorber y aplicar conocimiento será lo que va a marcar el futuro de cada individuo y de toda la nación.

Chile está definitivamente fuera de esta competencia en este momento. Tiene que cambiar radicalmente su sistema educativo, enfocándolo no tanto a la transmisión de conocimientos cuanto al potenciamiento del individuo para que desarrolle sus talentos y los pueda poner por obra.

El norte es acercarse lo más posible a ser un país donde cada persona pueda trabajar en aquello que más le gusta y para lo que está mejor capacitado. Ello generará personas con una alta productividad intelectual, emocional y espiritual, aumentando su bienestar y el de toda la comunidad. Detrás de este objetivo asoman las TIC como la plataforma sobre la cual se pueden articular políticas públicas eficaces.

Conocer a cada persona desde el momento en que ingresa en pre-escolar, recoger esa información, pasarla a los profesores, apoderados y al propio interesado desde que tenga uso de razón; generar conciencia de que se trata de desarrollar integralmente a esa persona – incluido el propio interesado – esencialmente supone manejo de información, y las TIC están debajo.

El desarrollo intelectual, emocional y espiritual de las personas; su incorporación en una comunidad cercana y otra global es hoy parte de lo que –espontáneamente- está sucediendo con la apropiabilidad cada día mayor de Internet por parte de cada vez mayor número de personas. Chile debe seguir los pasos de Costa Rica, que hace ya más de 10 años definió como “analfabeto” a quien no sabe leer y/o escribir y/o dominar el inglés y/o usar Internet. Focalizar todos los esfuerzos en tener una tasa de analfabetos del cero por ciento ciertamente genera un país distinto.

Tenemos que dejar de aferrarnos a un modelo que lleva 30 años solo porque ha funcionado en estos 30 años. En solo 10 años mas ya va a ser historia. Naciones más pobres que Chile están entendiendo antes que nosotros las oportunidades de la Sociedad del Conocimiento y están tomando con energía y voluntad política los pasos necesarios para aprovecharlas, asumiendo todos los riesgos de cambio que sea necesario.

Conseguir un computador por alumno en clase – notebook conectado vía WiFi a pizarrón electrónico y con salida a Internet – costaría alrededor de 1,5 mil millones de US$, incluyendo la capacitación a los profesores y el cambio en malla curricular para incorporar definitivamente las TIC en la formación y desarrollo de las personas, y conseguir que sus talentos se manifiesten plenamente. Este importe incluye el desarrollo de los sistemas para que cada persona tenga su ficha electrónica donde se vayan recogiendo sus habilidades, gustos, capacidades, etc., las cuales pueden ser captadas por el sistema económico con gran antelación para conocer a nivel agregado la “capacidad instalada” de “brain power” del `país, y poder planificar empresas y puestos de trabajo en función de dichas capacidades.

Un Plan así de ambicioso nos colocaría en un plazo de 10 años entre los países más capacitados para aprovechar las oportunidades de la Sociedad del Conocimiento. La mantención de un sistema así descrito supondría aproximadamente otros 150 millones de dólares por año. Estos fondos, siendo enormes, cambiarían a Chile para siempre, y lo pondrían entre las naciones de cabecera.

Un dato final, para tener la película clara respecto de los recursos financieros alrededor de esta propuesta: crear un puesto de trabajo de conocimiento (Knowledge Worker) cuesta 100 veces menos que crear un puesto de trabajo en la Gran Minería del Cobre.

2. Plataforma de Gestión del Estado

Todos los procesos, sistemas de gestión y datos del Estado – que es sobre lo que se articula su operación diaria – descansan sobre plataformas tecnológicas diseñadas, desarrolladas e implementadas en estos 20 años pasados. Por el bien del país sería bueno tener – para el eventual caso de un cambio de Gobierno - un levantamiento de todos los procesos del Estado y los sistemas sobre los que están hechos –incluyendo modelos de datos, arquitectura utilizada y sistemas de desarrollo usados.

Administrar el Estado tiene incluso más que ver con el uso de sistemas de gestión que administrar una empresa de servicios o industrial, ya que el Estado es esencialmente un administrador de información. Actualmente las diversas reparticiones del Estado no comparten datos con otras reparticiones para quienes son útiles o incluso necesarios. El resultado es una alta ineficacia en el manejo de información y una pobre gestión de información agregada desde las diversas reparticiones del Estado. A modo de ejemplo, solo con la información recopilada por el SII en el pago de IVA y en las declaraciones de renta se podría tener "government intelligence" para conocer mejor cómo son las interrelaciones económicas en el país, qué sectores son más dinámicos, cuales se están estancando, cuanto aporta cada uno al PGB, y un largo etcétera.

Hay infinidad de información dentro del Estado que sería provechosísima para mejorar las políticas públicas, especialmente cuando se mira el Estado como una única unidad de información y se pueden cruzar datos. Y hay aún una enorme brecha digital entre reparticiones del Estado, en algunas de las cuales – ¡todavía! – se usan papeles para llevar registros. Para hacer esto posible se requiere voluntad política.

Además, los sistemas desarrollados se construyeron “hacia adentro”: pensando en la eficacia de la gestión pública sin incorporar al ciudadano en el proceso. El costo hora de personas haciendo trámites burocráticos se valoró en cero al hacer dichos sistemas. Habría que rehacerlos pensando en la eficacia-país más que en la eficacia-Estado, incorporando el costo de los ciudadanos que deben hacer trámites. A modo de ejemplo, hay algunos documentos que son simplemente insumo para otros procesos administrativos, como el certificado de nacimiento. Ese dato ya está en el sistema, por lo cual todos los demás procesos que requieren certificado de nacimiento podrían ir a buscar dicho dato a los servidores del Registro Civil.

Las TIC permiten implementar una visión del Estado orientada al ciudadano. Ese fue uno de los principales objetivos de la primera Agenda Digital que se diseñó. Las TIC permiten un Gobierno central y local transparente y “accountable” (que responda). Las TIC permiten un gobierno más participativo en el que los ciudadanos se sientan parte del proceso. Por ejemplo, que los votantes evalúen y le pongan nota a sus representantes en la Cámara y el Senado. Las posibilidades son enormes, y los proyectos no son caros de desarrollar. Solo falta voluntad política, foco y el presupuesto necesario para hacerlo. Al final, se muestra que se cree en lo que se dice cuando se gasta en lo que se cree.

Alfredo Barriga

martes, 18 de marzo de 2008

Marketing en Internet, un marketing incomprendido

El e-Marketing se está usando actualmente en Chile como una herramienta de marketing del siglo XX. Detrás de las acciones de e-marketing actuales se sigue trabajando con la premisa de que los clientes son iguales, y si no lo son, hay que estandarizarlos para que compren productos estandarizados. Tratarlos uno a uno sigue pareciendo ciencia ficción.

Los clientes del S XXI buscan experiencias de consumo. Su compra es cada vez más informada y racional. Cada se vez se dejan influenciar menos por la publicidad. Cada vez están más empoderados: Internet les ha dado ese empoderamiento. Pero las empresas de Chile no están tomando en cuenta ese empoderamiento al incorporar Internet en su marketing. Internet es un canal más de publicidad o de venta.

Por ejemplo, los correos electrónicos. Y no me refiero al “spam”, sino a correos autorizados de empresas a las que he comprado. Recibo decenas de correos electrónicos ofreciéndome cosas que no me interesan. Quienes los envían no parece importarles ese detalle. Parecen decir: ¿para qué personalizar correos electrónicos si enviándolos todos idénticos igual se vende? Sin embargo, enviar correos electrónicos personalizados no es costoso, y desde luego recibirlos es una experiencia mucho más gratificante, con una mayor probabilidad de venta...

Los sitios Web se construyen pensando esencialmente en el diseño gráfico. Se piensa más en “hacerlo bonito” que en “hacerlo útil”. Y quienes navegan por un sitio Web agradecen sobre todo la eficacia, la usabilidad, la facilidad de navegación...

Se subutiliza el potencial de la publicidad en Internet: entrega datos mucho más exactos que un “people meter” acerca de cuantas veces se vio, cuantas personas lo vieron, durante cuanto tiempo, y cuantos entraron a la tienda después de ver la publicidad, y cuantos compraron, y qué compraron… a un costo que es una fracción de los medios tradicionales.No se ha explotado ¡para nada! el potencial de Cross Selling y de upgrade que ofrece Internet. Jamás he recibido una oferta de un producto relacionado con otro que compré, o de una actualización. Cuando compré un reproductor de video, no me ofrecieron un “Home Theater”. Y cuando aparecieron los DVD, no me preguntaron si quería deshacerme de mi Video… y la información de que lo había comprado la tenían. Podrían haberme vendido mucho más...

En fin, suma y sigue… se está usando una herramienta formidable del SXXI con paradigmas del S XX, y se está perdiendo el gran paradigma del e-Marketing: personalizar la oferta.. ¡y masificarla!

Detrás del e-Marketing solo hay tres cosas en abundancia: visión comercial, sentido común y tecnologías de la información. Quienes lo están entendiendo y poniendo en marcha, están viendo los resultados a muy corto plazo: más ventas, clientes más satisfechos y menores costos.

Alfredo Barriga, Marzo de 2008

Agenda Digital 2007-2012

Recientemente fue lanzada la Estrategia Digital 2007-2012[1] por parte de la Presidenta Bachelet. Al mismo tiempo, la Cámara de Diputados está trabajando en un Proyecto de Acuerdo sobre la implementación de dicha Estrategia Digital. Ambos eventos y la forma en que se han dado dan muestra una vez más de que el tema interesa, pero no es parte del ADN de la Agenda de Estado.

La Estrategia Digital es un documento en el cual todos los que estamos detrás de darle a las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) la relevancia que debería tener estamos de acuerdo. El tema es que ya hace tiempo que estamos de acuerdo en que estamos de acuerdo. Pero todavía falta la voluntad política para tomar el tema realmente en serio.

Primer asunto: si las TIC tienen la importancia que tienen, y estamos de acuerdo en ello, ¿a qué esperar en armar una institucionalización de verdad alrededor de la Estrategia Digital? Llevamos años con un “semi-CIO”, quien se supone que en horas libres (ya que el puesto ha recaído invariablemente en alguien que, si bien conoce del tema, no está para eso en el Gobierno) va a sacar adelante algo de tal magnitud. Es, para quienes conocen la industria, como pedirle a un gerente de informática que ponga en marcha un ERP World Class en sus horas libres.

Segundo tema: Chile está en cuarto lugar mundial en e-government. Y es para que nos alegremos sinceramente todos. Pero más feliz estaríamos si ocupáramos ese mismo ranking en uso de TIC en Gobierno. Porque lo que hay detrás es mucho más profundo que las buenas aplicaciones que mostramos a todo el mundo.

El Estado tiene como misión el ordenamiento que nos damos como Sociedad. Y detrás de eso, hay información. También tiene un rol subsidiario. Y detrás de eso hay información. También tiene un rol de recaudación y redistribución de la renta. Y detrás de eso hay información. Y tiene que implementar políticas públicas. Y detrás de eso hay información. Junto con toda esa información, hay procesos. Y tanto la información como los procesos se manejan sobre Tecnologías de la Información y Comunicaciones. De donde se sigue que las TIC son la “planta ensambladora” donde el Estado genera su producto.

En esa planta ensambladora, ¿Cuánto se está gastando al año? No hay cifras, pero por el peso que tiene el sector público en el uso de TIC, y de acuerdo a las cifras publicadas por la ACTI, no sería aventurado decir que alrededor de 500 millones de dólares al año. ¡Cada año! Con ese dinero, deberíamos tener el mejor sistema gubernamental del mundo, con el mejor estado del arte, y con un Gobierno que tendría a mano toda la información para hacer una buena gestión en cada una de las reparticiones públicas tanto como a nivel global.

La Agenda Digital para materializar una Estrategia Digital debería por ello, según nuestra opinión, centrarse en tres temas esencialmente: institucionalizar las TIC dentro del Estado, optimizar el uso de TIC al interior del Estado, y permeabilizar a la Sociedad en el uso de TIC mediante la interacción entre el Estado y la misma Sociedad.

Los países a los que les ha ido bien en esto – mejor que a Chile – tienen una institucionalidad. Bien sea a nivel de Ministerio, Subdirección o Dirección General con rango de Ministro. ¡Pero que sea ya! Actualmente el tema descansa en una Comisión de Ministros con un Secretario Ejecutivo, que –dada la naturaleza de la estructura creada - tiene más de secretario que de ejecutivo. El tema de la institucionalidad es uno de los que se van a discutir en la comisión que va a implantar la Estrategia. Pero es algo de lo que se ha estado hablando desde antes de la anterior Agenda Digital (2004). Y es muy simple: lo que le ha faltado a todas las Agendas digitales y estrategias digitales desde la primera versión - la del Gobierno de Frei Ruiz Tagle - es “alguien que corte el queque”, en buen chileno. Que dé rumbo, coordine, entregue y haga cumplir criterios, audite la implementación de los proyectos. Un líder.

Con eso, se puede cumplir con el segundo foco: que haya una optimización de proyectos y recursos. Que todo dato que capture el Estado entre por un único lugar (el que está más afín al dato) y queda a disposición de toda repartición que lo necesite. ¡Lo básico de una administración eficiente de información! Que todos los procesos de la maquinaria estatal estén explicitados con un workflow, de forma que sea más fácil a la contraloría hacer su pega. Que se tenga una macrovisión de todos los datos agregados que se pueden recoger a través del Estado para hacer políticas públicas basadas en datos duros más que en hipótesis o lugares comunes. Un Estado, para ser bien llevado, no se diferencia mucho en ese sentido de una empresa; necesita información para tomar decisiones basadas en hechos. Y el caso es que nuestro Estado la tiene, pero no la usa porque no la genera.

¿Y respecto al tercer tema? El Estado está pasando por un buen momento económico. No se trata de tirar la casa por la ventana. Pero es que las TIC tienen la particularidad de que no son caras y pueden hacer un país distinto en poco tiempo. Aunque estos proyectos no corten cintas, ni salgan en la Televisión, ni tal vez traigan votos. El impacto puede ser tremendo. Con 30 millones de dólares y la masificación de la huella digital se puede cambiar radicalmente, en 4 años, aspectos de nuestra vida cotidiana que supondrían mejorar en calidad de vida y en seguridad ciudadana. Podríamos darnos el lujo hoy de tener un computador por cada dos o tres alumnos, y habilitar las aulas tecnológicas para que esos mismos alumnos enseñen a sus padres. Y suma y sigue… El caso es que muchas de estas iniciativas las tomaron o las están tomando países que nos han pasado en los últimos años en productividad y competitividad. El caso es que tenemos el dinero para hacer lo mismo. ¿A qué esperar?

Los empresarios y los gobiernos se pueden enjuiciar, más que por sus palabras, por sus Balances: donde ponen el dinero. Eso refleja realmente en qué es lo que creen. Y la verdad es que, a pesar de la encomiable labor que mucha gente anónima y apasionada por las TIC ha hecho en Chile – y gracias a ellos, no a las Agendas, hoy Chile ocupa el lugar que ocupa en materia de e-gobierno y uso de TIC: que nadie se llame a engaño – a pesar de ello persiste, mediante el simple expediente de mirar a donde va el dinero, la sensación de que Chile no ha entendido aún el verdadero valor de las TIC en lo que nos estamos jugando hacia el futuro. Peor aún: demuestra que no entendemos de qué va el futuro, y nos seguimos aferrando a un modelo de sociedad que ha sido exitoso en los pasados 30 años, solo porque ha sido exitoso en los pasados 30 años, sin mirar alrededor y ver lo que está pasando ahora, y que nos va a afectar mañana.

Alfredo Barriga


[1] http://www.estrategiadigital.gob.cl/

Transantiago y Teletrabajo

Sobre el impacto del Transantiago sobre la calidad de vida de millones de personas que se deben desplazar a diario a sus trabajos se ha hablado hasta la saciedad. Las soluciones que se han propuesto y que están implementándose hasta ahora apuntan todas en la misma dirección: aumentar la oferta de transporte y hacerla más eficiente. Pero, ¿por qué no actuar sobre la otra parte de la ecuación? ¿Qué tal reducir la oferta por esos servicios?

Entre los millones de personas que se desplazan a diario a su trabajo, hay cientos de miles cuyo trabajo esencialmente consiste en manejo de información. Esas personas podrían trabajar desde su casa, ahorrándose los gastos de desplazamiento, ganando en calidad de vida, gracias a disponer al menos de 3 horas diarias más para estar con los suyos, y reduciendo la presión por servicios de transporte en la Región Metropolitana.

Tres horas diarias suponen unas 600 horas al año, es decir, 25 días más al año para su libre uso. ¡Más días de lo que se toman de vacaciones!

Las externalidades económicas que tendría una medida de este tipo si es masiva van más allá de los beneficios directos a los afectados. Personas con tres horas más para ellas mismas al día pueden trabajar con menos ansiedad. Pueden atender a su casa (especialmente beneficioso para mujeres cabeza de familia que deben asumir el rol de madres y trabajadoras al mismo tiempo, sin apoyo de ningún tipo). Pueden ser más productivas.

Por otra parte, cada persona que es sacada de la calle ayuda a reducir los costos de su traslado. Hace más de 10 años atrás, la Municipalidad de Los Ángeles en USA hizo un plan por el cual entregó una subvención a las empresas que permitieran que sus empleados trabajaran desde la casa. Calcularon lo que eso significaría de ahorros a la Municipalidad – calles menos congestionadas, menores costos de reparación de “eventos”, menores requerimientos de guardias para tráfico, menores posibilidades de asaltos en lugares de trabajo, etc. La medida tuvo una buena acogida, y fue imitada en otros lugares. Hoy, en San José (California) donde está Sillicon Valley, prácticamente un 50% de las personas trabajan parcial o totalmente desde sus hogares.

Tecnológicamente Chile está preparado para implementar esta política. Las barreras son más de tipo culturales, y están bastante delimitadas.

De una parte, la sensación de que si alguien se va a trabajar desde la casa es equivalente a que “lo mandaron para la casa”, sinónimo de que fue despedido. Trabajar mediáticamente sobre este extremo ayudaría a superar esta barrera. De otra parte, la percepción o hipótesis, por parte de los empleadores, de que la persona que trabaja desde la casa “no hace la pega”. Esto requiere de un cambio en el marco contractual entre empleador y empleado. Actualmente, la filosofía detrás del marco contractual es que la gente, para “hacer el trabajo” tiene que “ir al trabajo”. Es un enfoque basado en la presencia en el lugar de trabajo, no en la eficiencia en el trabajo hecho. Este enfoque ha demostrado ser nocivo, llevando a nuestro país a ser de los que más horas laborales anuales tiene en el mundo… lo que no significa que sea, ni de lejos, el que más produce en el mundo con esas horas.

Dejo abierto este espacio para que envíen comentarios acerca de cómo materializar esta idea. Una discusión abierta sobre las diversas alternativas y sobre las ventajas u desventajas de cada una nos permitiría proponer una política de teletrabajo materializable. Y, en este caso, el tema si que es un tema político de alto impacto, que – con algo de imaginación y creatividad – nos permitiría tener mucha gente trabajando con TIC, mejorando procesos, productos, servicios y calidad de trabajo.

Alfredo Barriga

Permitanme Soñar

¿Cuál sería el Producto Geográfico Bruto de Chile si todos trabajaran en lo que más les gusta y en lo que mejor capacitados están? ¿No sería realmente un país maravilloso para vivir? Un país donde las personas podrían realizarse profesionalmente, y aportar al engrandecimiento de la sociedad en la que viven dando lo mejor de sí mismos.

Veo la cara escéptica de tantos… “¡imposible! Eso es un sueño sin ninguna posibilidad de llegar ni de cerca de ser realidad”. Me recuerda la frase que hizo famoso a Robert F. Kennedy (aunque creo que es original de Bernard Shaw): “hay personas que ven las cosas como son y preguntan ¿por qué? Yo veo las cosas que nunca fueron y pregunto ¿por qué no?”

¿Que hay detrás de mi propuesta imposible? Información y procesos. La herramienta para ayudar a conseguirlo son las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC).

La forma de conseguirlo es, en primer lugar, proponiéndolo como política de Estado. Que ninguneen los pesimistas de siempre. Que digan frases sarcásticas los agoreros promotores de la mediocridad como forma de ser país. Me da igual. Este espacio es para soñar, y promover esos sueños para que se hagan realidad. Un país sin sueños que perseguir es un país acabado, plano, sin destino. Así pues, lo escribo, lo propongo, lo promuevo: conseguir que cada chilena, cada chileno, esté trabajando en aquello que más le gusta y para lo que tiene más capacidad.

En segundo lugar, teniendo el coraje de cambiar todo lo que se necesite cambiar - y es mucho – para conseguir el objetivo. Las TIC son una herramienta, no una varita mágica. Son necesarias, pero no suficientes. Pero la voluntad política por si misma, sin las TIC, queda en eso solamente: en voluntad. No en realizaciones.

No van a ser los recursos naturales en los que somos más competitivos los que nos van a llevar al desarrollo. Son los recursos humanos los que hacen la diferencia, y siempre la han hecho. El mayor despilfarro de recursos en Chile lo constituyen los talentos con los que las chilenas y chilenos nacen y que nunca tienen oportunidad de desarrollarse. Eso es medible en dinero. No se cuanto es, pero me queda claro que es mucho, mucho dinero. Creación de valor y riqueza que no sale a luz simplemente porque no hay lugar para la persona correcta en el momento correcto en el lugar correcto. ¿Qué hay detrás de esas coordenadas? ¡Información! De habilidades más que de logros, de talentos más que de curriculums.

Necesitamos readecuar totalmente nuestro sistema educativo para que sea capaz de recoger el gran reto: desarrollar la persona que hay detrás de cada chilena, de cada chileno. Necesitamos readecuar nuestra política de empleo para que sea capaz de recoger el gran reto. Fuera con el modelo basado en presencia en puesto de trabajo, adelante en un modelo basado en aplicación de talentos. En impulsar el teletrabajo donde se pueda. En trabajar en redes donde se pueda. En armar equipos. En estimular la mente. Atrás la mentalidad de “funcionario”, público o privado. Adelante con una mentalidad emprendedora para todas y todos.

Creo en un Estado impulsor de la persona. No creo en un Estado manejador de la persona, ni en un Estado paternalista. Creo en que las personas son, en general, buenas y con buenas intenciones, y que éstas se proyectan si tienen los estímulos correctos. Creo en un Estado propulsor de estímulos correctos más que de “gran hermano” controlador de que nadie haga nada malo.

¿Cómo se lleva a cabo todo esto? Trabajando en equipo con mentalidad abierta, dispuestos a creer que se puede hacer, que es el primer paso para conseguir hacer. En cuanto al detalle de cómo hacerlo… bueno, esto es un artículo de opinión, no un Tratado. Las TIC que están detrás son archiconocidas. Lo innovador sería la forma de usarlas. Bases de datos. Plataformas colaborativas. Sistemas de Workflow. Datos sobre la persona que la acompañan desde que comienza su educación, orientadas a que pueda conocer y potenciar sus habilidades y preferencias. El gran paradigma de las TIC es que permiten tratar masivamente a cada uno como si fuera único. Y eso supone que ha llegado la hora de defunción a las políticas de homogeneidad (que por lo general aplanan para abajo) y le ha llegado la hora a las políticas de singularidad. Todos somos semejantes, pero todos somos singulares. Y en desarrollar esa singularidad está el secreto a tener una nación más competitiva, más productiva… y más feliz.

Los norteamericanos pusieron hace más de 200 años en su Declaración de Independencia que es una verdad autoevidente el derecho de las personas a la búsqueda de la felicidad[1]. Es mi opinión que parte esencial de esa felicidad es tener la oportunidad de emplear las habilidades con las que el Creador ha dotado a cada persona, y que al hacerlo de esa forma la Nación entera optimiza su capacidad de bienestar. Porque nos crearon “ut operaretur”, para trabajar. Y es de sentido común (una verdad autoevidente, como diría la Declaración de Independencia de Estados Unidos) que si se trabaja en aquello que naturalmente se es más hábil y más gusta, se conseguirá una mayor satisfacción personal y un mayor bienestar general.

Invito a todos quienes tienen el bien de las personas de este país en el corazón a sumarse a “ver lo que nunca fue y decir ¿por qué no?”


[1] “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable rights, that among these are life, liberty and the pursuit of happiness.”

Dios y la Informática

¿Qué es un programa? Un conjunto armónico de instrucciones que entiende un computador orientado a llevar a cabo tareas concretas de variada índole. ¿Qué es un sistema operativo? Un programa que hace que el computador funcione y ejecute otros programas.

Un programa es un ente inmaterial, pero no por ello menos real. No “está” sino “es”. Puede estar representado mediante símbolos o códigos de instrucciones, pero no “es” ese conjunto de códigos de instrucciones. Puede estar grabado en el disco duro de un computador, pero el disco duro es solo el medio donde el programa reside y hace de programa.

¿Por qué tanta dificultad entonces para comprender el mundo del espìritu por encima del mundo de la materia? ¿Qué es el alma? Un conjunto de “programas” que Dios pone en nuestro sistema “material”, hecho de cuerpo, intelecto, emociones, y voluntad. Tenemos un “sistema operativo” aunque lo ignoremos, cuyo “código” es todo lo que se llama en teología derecho divino-positivo. La diferencia es que dentro de nuestro set de programas, podemos actuar a favor o en contra de nuestro “sistema operativo” Y cuando actuamos en contra, no hay físicamente – salvo contadas excepciones, como el caso de un suicidio – un efecto colateral inmediato en nuestro “sistema”. No pasa nada especial. El sistema operativo si entrega una alerta, pero estamos diseñados con libre voluntad de adhesión (algo que no es reproducible en las máquinas) por lo cual podemos o no realizar la “operación” propuesta por el “programa”, aunque las consecuencias de esa acción sean nocivas intangiblemente para todo el sistema.

Sí, los humanos también estamos expuestos al ataques de ”virus informáticos” creados por “los hackers” del alma: el demonio, el mundo y la carne. Debemos por ello reconocer y conocer a quien diseñó nuestro sistema operativo: solo en unión con El podremos mantenernos acordes y en sintonía para lo que fuimos “programados”. La grandeza de nuestra condición es sin embargo que no somos computadores, sino seres con inteligencia y voluntad: una suerte de sistema inteligente, pero que lleva impreso en su sistema operativo los conceptos de “bien” y “mal” (totalmente indistinto en un computador) para el buen funcionamiento del sistema, y que nos permite adherir o rechazar dicho “bien” o “mal” libremente (otra característica que no tiene un computador)

Sí, hasta la computación me lleva a la existencia de Dios, del alma, de la Salvación, del demonio. Y a comprender porqué, cuando “ejecutamos programas” en contra de lo que nos dice nuestro “sistema operativo” imperceptiblemente – cual caballo de troya informático – estamos destruyéndonos. Y si no leemos el Manual – escrito en “el Libro” y en la tradición de la Iglesia – difícilmente le apuntaremos a como usar los programas...

El sistema operativo maneja varios programas importantes para cuando se “bootea” el sistema. Uno es la conciencia, que nos alerta sobre la moralidad de las cosas. Otro es el programa de “ciencia”, que nos permite dilucidar las cosas que van en beneficio de nuestra alma (el “sistema”). Otro programa es el de “Consejo”, que nos alerta acerca de que los medios que usamos estén alineados con los fines del sistema. Otro programa es el “Temor de Dios”, que no consiste en “tenerle miedo”, sino en tener pesar por ofenderle, y buscar vivir rectamente según sus designios. Otro programa es el de “Fortaleza” que nos permite mantener “el sistema operativo funcionando” frente a programas nocivos e invasores, como pueden ser “tentaciones”, “ira”, “desánimo”, “angustia”, etc.

Todo es inmaterial, y sin embargo, todo es esencial para que funcione correctamente esta máquina llamada “ser humano” al que Dios hizo con mucho amor y destinó a la felicidad, siempre que acepte las “reglas de programación”. Y al igual que sucede en programación, cuando uno no sigue las reglas de programación, el perjudicado es el programa, que no funciona.

Hay más “virus”, “gusanos” y “caballos de Troya”. Por ejemplo, un gusano típico es el “que dirán”, que nos hace tener miedo de ser, mostrarnos y confesarnos como cristianos, porque “no está de moda” o es visto como una “falta de respeto por quienes no son cristianos” (¿?) etc. Un virus muy dañino es el “superficialidad” que se mete en la conciencia poco a poco, y va infectando todos los programas del sistema, anulándolos y reemplazándolos por el mismo virus, que engaña al sistema haciéndole creer que siguen estando los programas originales, tomando control de los demás programas y haciendo del sistema un sistema vacío... acaba “formateando el disco duro”. Nos hace insensibles a las cosas de Dios, que nos parecen lejanas o arcaicas, propias de tiempos superados.

El peor caballo de Troya es el “orgullo”. Está allí, latente, sin que te des cuenta, pero en el momento en que fue programado para hacer daño, toma el control total del “sistema operativo” y se pone el mismo como sistema operativo. A partir de allí, destruye los programas que estaban en el disco duro, y los va reemplazando por sus “programas Némesis”. Al programa “generosidad” lo transforma en “egoísmo”; al programa “mansedumbre” lo convierte en “arrogancia”, al programa “humildad” lo cambia por “vanidad”, y así sucesivamente. El resultado es un sistema inestable, centrado en sí mismo, que en cualquier momento deja totalmente inoperante el sistema operativo. Rara vez tiene arreglo, en la medida que su ataque es creciente y total.

En fin, a través de la computación soy capaz de “ver” lo material de lo inmaterial, los efectos que sobre mi persona tiene lo que haga en mi conciencia cuando voy en contra de ella. Hay quienes lo toman a broma y dicen “¿Conciencia? No se lo que es porque nunca he tenido una”

Detrás de la superficialidad a la que nos lleva la sociedad contemporánea hay un claro camino de autodestrucción, en la cual la persona pierde los referentes objetivos y los reemplaza por auto referencias, que limitan y asfixian la conciencia, para hacer realidad lo que decía San Agustín: “el que no vive como piensa, acaba pensando como vive”, que es tanto como vivir de la mentira. Uno se va haciendo “teorías de pensamiento” que hagan que lo que hacemos aparezca como lo más lógico y natural, con lo cual cada vez se enreda más nuestra filosofía de la vida. De allí sale la infelicidad, ya que vamos en contra de la razón misma de nuestra existencia. “Nos creaste Señor para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”
[1]. Otra frase famosa de San Agustín, para reflexionar a menudo. Él nos construyó y puso el “sistema operativo” dentro de nosotros, que busca la felicidad. Nos engañamos cuando la buscamos fuera de Él. El mismo San Agustín resumía su vida: “¡Tarde te amé, Belleza, tan antigua y tan nueva, tarde te amé!. Te buscaba fuera y estabas dentro[2]”...

[1] San Agustín, Confesiones, cap. 1
[2] Op cit