El Ex Presidente Sebastián Piñera escribió una columna en el periódico "El Mercurio" respecto a la nueva revolución
tecnológica. Abundando en lo mismo, esta afectará a Chile en aspectos muy sensibles. Que el efecto sea
negativo o positivo para el país dependerá de que exista una Agenda Digital de
Estado dentro de la agenda política y económica, y de cómo reaccione el
empresariado, la academia y el Estado.
Según el Mc Kinsey
Global Institute - como comenté en otro blog hace más de un año - para el año 2025 una docena de tecnologías emergentes tendrán
un impacto económico en el mundo de hasta 2,5 veces el PGB de Estados Unidos.
Dicho efecto es corroborado en varios otros informes y papers de organismos tan
prestigiosos como el Foro Económico Mundial, la OCDE, la CEE, o la ONU. No
hay forma posible en que eso no afecte al aparato productivo del país,
a la Sociedad y al Estado. Y diez años son nada en términos de planificación
macroeconómica.
Chile enfrenta un
enorme desafío ante la destrucción de puestos de trabajo amarrados a formas de
producción que serán rápidamente reemplazadas por las nuevas tecnologías, las
que a su vez crearán puestos de trabajo para los cuales no hay mano de obra
cualificada en este momento. Las actuales discusiones sobre la reforma laboral
y la reforma educacional harían bien en incluir este factor, que puede hacernos
perder el gran avance que ha tenido Chile en los últimos 25 años.
Es momento de
pasar de los discursos a la acción - y esta, disruptiva. Las
prioridades son:
- Institucionalidad: crear Ministerio de Ciencia y Tecnología, absorbiendo lo que hoy es CORFO Innovación, Conycit y el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad
- Infraestructura: todos en Chile con acceso a Internet y un dispositivo
- Marco jurídico: actualizar todo el cuerpo legal en lo que afecta a nuevos paradigmas
- Educación:
•
Modificación de malla
curricular y metodología de enseñanza
•
Incentivos a carreras del
conocimiento, con mayor financiamiento del Estado, para crear los profesionales
que necesitaremos en los próximos 50 años y a la vez evitar un mayor “paro
ilustrado” estructural
- Innovación: foco en Energías Renovables No Convencionales. Por una vez, que además de poner recursos naturales pongamos valor agregado industrial alrededor.
- Trabajo: SENCE especial orientado a habilidades siglo 21
Si no hacemos
cambios disruptivos pronto, retrocederemos lo avanzado en los últimos 25 años,
perderemos competitividad y nos empobreceremos, generándose un clima social
inestable, y sin recursos para hacerle frente. Este es un proyecto transversal,
y el caso es que ya hay un amplio consenso dentro de quienes están en esta
actividad, independientemente de sus ideas políticas. Pero no está entre las
prioridades: ni del Gobierno, ni del poder legislativo, ni del empresariado, ni
de la academia. No hay conciencia de lo crucial que es comenzar a tomar medidas
ahora mismo. Esperemos que el llamado del Presidente Piñera tenga más eco del
que tuvo después de su publicación.
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