La
Inteligencia Artificial (IA) es, como todas las tecnologías inventadas por la
humanidad, una herramienta para ayudar a hacer más cosas, más rápido, y mejor.
Como todas las tecnologías, está al servicio de la humanidad. Pero, como
también sucede con muchas tecnologías, puede estar en contra de la humanidad.
Lo que hace
de la IA diferente de las otras tecnologías que pueden perjudicar a la
humanidad es que, en este caso, tiene la potencialidad de tomar cursos de
acción de forma autónoma. Hasta ahora, las tecnologías que podían usarse para
perjuicio de la humanidad, como la energía atómica, necesitaban de intervención
humana. La IA puede, conceptualmente, hacerlo sin mediar voluntad humana. Puede
hacerlo por si misma.
La ética es
una dimensión moral, y como tal, es una dimensión estrictamente humana. Las
tecnologías no tienen ética. Quien tiene ética es quien las usa. Sin embargo,
la IA puede llevar potencialmente a cabo acciones que, desde el punto de vista
humano, no son éticas, y puede llevarlas a cabo de forma autónoma, es decir,
sin intervención humana. Es claro que como raza humana no debemos permitir que
la IA llegue a generar un curso de acción que perjudique a personas. El peligro
está en que por ser una tecnología que es manipulada por humanos, siempre puede
haber alguien que desarrolle IA que perjudique a personas. Pero este peligro,
así, en abstracto, ya lo conocemos. También existe el peligro que un loco
aprete un botón que dispare un misil que a su vez gatille una guerra nuclear
que borre a la humanidad de la faz de la Tierra. La humanidad ha vivido con ese
peligro por décadas. Solo que el fin de la guerra fría nos hizo olvidar que
existe.
Entonces,
¿qué hacer con la IA? ¿cómo evitar que llegue a generar cursos de acción que
perjudiquen a la humanidad, a un grupo limitado de humanos o a una persona en
particular?
Creo que
evitar, lo que se dice evitar al 100%, no lo podemos hacer. Pero sí podemos
hacer cosas que limiten esa posibilidad, aunque no la anulen. De igual forma
que pudimos llevar a cabo cosas que limitaron la posibilidad de una guerra
nuclear, aunque no la eliminaron.
La IA va a
generar grandes beneficios a la humanidad. Como todo en la vida, ante grandes
beneficios hay grandes riesgos. Creo que la humanidad, como la especie que más
ha evolucionado en la Tierra, al final siempre acaba por ser consciente de los
peligros que le acechan y descubre la forma de combatirlos. Por ello, creo que
la humanidad sabrá conjurar los peligros que trae consigo la IA, y a la vez
sabrá sacar todos los beneficios que traerá consigo.
Alfredo Barriga
Consultor en Estrategia Digital e Innovación,
Profesor
Facultad Ingeniería Vespertina UDP,
Ex Secretario Ejecutivo de Desarrollo Digital
(Publicado en Estrategia)
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