Las tres empresas más ricas del planeta por capitalización
de mercado son Apple, Google y Microsoft. Tienen dos cosas en común. Una es
bastante obvia: son de tecnología. Pero no es por eso que son las más valoradas
del mercado. La verdadera razón es que tienen una filosofía común: son empresas
inclusivas. Y estoy usando el término en el mismo sentido en que lo emplea el
libro “Por qué fracasan los países”. En los próximos diez años, se podrán
aplicar los mismos conceptos para explicar “por qué fracasan las empresas”.
¿Y por qué fracasan? Porque son extractivas. Una pequeña
porción de su personal recibe grandes rentas mientras que la mayoría no se
beneficia de lo bien que le vaya o no a la empresa. El resultado es baja
motivación, que lleva a baja productividad, que lleva a baja valoración de
mercado.
Cien años atrás, Henry Ford decía: “tengo que pagar bien a
mis empleados para que puedan comprar mis autos”. Sentido común. El caso es que
podía pagarles bien porque había incrementado radicalmente su productividad
mediante la línea de montaje.
Treinta años atrás, Bill Gates se dijo: tengo que hacer
accionistas de mi empresa a mis empleados para que les interese el valor de lo
que crean. Sentido común una vez más. Solo que en este caso no se trataba de
mejorar la productividad mediante un sistema externo a los trabajadores, sino
mediante uno interno: la inclusividad.
Las empresas de tecnología son esencialmente “empresas de
neuronas”. Lo que les da valor son aquellas cosas “absurdamente geniales” que
pedía Steve Jobs y que llevaron a Apple a generar la utilidad más alta de la
historia. Son por su esencia empresas del conocimiento. La Sociedad del
conocimiento ya ha triunfado, y esas tres empresas que lideran la valoración de
mercado son la demostración de ello. Las demás empresas deben aprender donde
está hoy el dinero.
El desarrollo y supervivencia de las empresas dependerá de
cómo capte talento y lo ponga a trabajar. El valor ya no depende de una máquina
que se compre fuera, ni de una plana gerencial por muy buena que sea. Apple,
Google y Microsoft buscan tener el “equipo A”, donde todos son buenos y están
directamente involucrados en el valor de mercado de su empresa, porque son
accionistas. Son empresas inclusivas.
Todavía no conozco ninguna empresa así en América Latina.
Alfredo Barriga
Consultor en Estrategia Digital e Innovación
Profesor
Facultad Ingeniería UDP
Ex Secretario Ejecutivo de Desarrollo Digital