Están comenzando a salir los programas y “ejes programáticos” de las candidaturas a la Presidencia de la República. En algunas de ellas se menciona el tema de las nuevas tecnologías. En un programa de radio, el coordinador de la candidatura del Senador Guillé reconocía la importancia que va a tener esta nueva revolución digital y hablaba de desarrollar sendos clusters alrededor de la energía solar y el litio. En la de Felipe Kast se habla de la modernización del Estado. En la de Sebastián Piñera se habla de los desafíos del futuro. En las demás, nada.
El informe de Mc Kinsey dice que para el año 2025 un conjunto de doce tecnologías disruptivas (entre las cuales están la energía solar y el almacenamiento de energía en baterías de litio) tendrá un impacto económico de entre 0,8 y 2,4 veces el actual PIB de Estados Unidos. Eso afectará a cientos de millones de puestos de trabajo, transformará totalmente docenas de industrias, y requerirá nuevas competencias y habilidades, que requieren de profundas reformas en el sistema educativo y de formación continua. No he visto hasta ahora esta proyección en ningún documento ni en ningún discurso. Obviamente, si no es parte del discurso, tampoco es parte del programa. Y, sin embargo, es algo que viene. Es algo que ya comenzó.
El mismo Mc Kinsey hizo un “doble clic” en el caso de Chile. Predice que se verán afectados el 50% de los actuales puestos de trabajo. En retail, el efecto es del 51%; en manufacturas, del 60%, y en administración y Estado, un 40%. Por otra parte, se necesitarán expertos en áreas como Big Data, inteligencia artificial, electrónica, ingeniería, matemáticas, ciencia y tecnología. Expertos que no estamos produciendo y que no salen de un día para otro. Cuando leo los documentos y escucho a los portavoces de las campañas, concluyo que, o no les creen a estas proyecciones, o ni siquiera saben que existen. Y no es Mc Kinsey el único en darlas.
Documentos del World Economic Forum, o de la OCDE van en la misma dirección.
No podemos tener cuatro años más sin que se genere una estrategia pública seria, comprometida, con recursos detrás, para responder ante los formidables desafíos y oportunidades por los cuales va a transitar nuestro país en los próximos 10 años.
(Columna publicada en Diario Estrategia)
Alfredo Barriga Cifuentes
Profesor UCH y UDP
Consultor en Transformación Digital
Autor de “Futuro Presente: cómo la nueva revolución digital afectará mi vida”
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