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jueves, 29 de enero de 2015

First Look: Windows 10 cambia paradigma en Microsoft

Creo que Windows 10 es un punto de inflexión de parte de Microsoft, que últimamente parecía haber perdido el norte y su razón de ser. Vuelve a ser lo que fue originalmente: una empresa de software. Pero ha demostrado además aprender de su competencia y de todo lo ocurrido en el mundo de las tecnologías digitales en lo que va de siglo 21.

Windows 10 es un cambio conceptual radical, basado sin embargo en algo sencillo, obvio y de sentido común: un sistema operativo verdaderamente multi dispositivo. Viendo los videos promocionales uno se pregunta cómo no se les había ocurrido antes. Recuerda al caso de Apple y el iPod. Sony tenía toda la tecnología y era dueño de todas las partes necesarias para inventar el iPod. Sobre todo después de su éxito con el Walkman. Sin embargo, no lo hizo, y un fabricante de computadores – Apple – si. Microsoft tenía todo para inventar lo que al fin ha salido bajo Windows 10, y no lo había hecho. Se arriesgaba a que le pasara lo mismo que a Sony. Me alegro que no fuera así, y que haya sido capaz de reaccionar.

Windows 10 es un sistema operativo para la era de la computación que se abre en el siglo 21: móvil, hiperconectada, basada en la nube, multi-dispositivo y rápidamente adaptable aún por personas sin experiencia digital. Microsoft tenía sistema operativo para computadores personales, para videojuegos, para smartphones y para Tablets. Pero cada uno de ellos tenía sus particularidades. Tenía sus servicios y aplicaciones en la nube, pero el mundo Smartphone no era igual que el mundo PC o el mundo videojuegos. Tenía incluso dispositivos como el X-Box. Se acababa de comprar Nokia. Y sin embargo, cada cual iba por su cuenta. Ahora se unen bajo una sola plataforma, pero partiendo de cero, y reinventando lo que es un sistema operativo. Funcionalidades que solo estaban en los smartphones, como Cortana – competencia de Siri - ahora están en todos los dispositivos con Windows 10. Y se añaden nuevas categorías de dispositivos, como un computador holográfico impresionante que son en realidad unos anteojos inteligentes (smart glass), o una pizarra touch inteligente.

Francamente, no pensé que serían capaces de hacerlo, porque Microsoft parecía haberse convertido en una empresa pesada, lenta, burocrática aunque muy eficiente, con diversas líneas de producto que no conversaban entre ellas – muy parecido a Sony cuando no pudo inventar el iPod teniendo todo para hacerlo. Parecía que la época de Microsoft se acercaba a su ocaso. No tenía la imagen de una empresa innovadora como sus rivales Apple y Google. Ahora sí. 

La estrategia de marketing – donde Microsoft sigue siendo excepcional – apunta a una penetración global e inmediata hacia el nuevo paradigma. Genial. Por primera vez en su historia, el upgrade será gratis para 1.500 millones de usuarios que tienen Windows 7, 8.1 o 8.1 phone, siempre que lo cambien antes de 1 año. Microsoft busca un “Big Bang” alrededor de su nuevo sistema operativo. Un “antes” y un “después”. Con ello, Microsoft se integra de pleno a la gran lucha que hasta ahora estaba siendo protagonizada por Apple y Google. Solo le falta un elemento para estar realmente en igualdad de condiciones: un ecosistema de aplicaciones del tamaño de AppStore o Google Play. 

En cualquier caso, el consumidor es el gran beneficiado.

Alfredo Barriga

domingo, 11 de enero de 2015

Being Right

La centroderecha chilena debe rearticularse alrededor de las ideas que ha defendido siempre, pero insertándose en el siglo 21. Necesita una misión que convoque e ilusione a todos, con un objetivo que genere entusiasmo porque realmente beneficia a todos. Traer  a Chile los beneficios del siglo 21, que será un siglo digital, es el mejor objetivo que puede poner. La Sociedad que nos trae Internet incorpora principios que tradicionalmente ha defendido de la centroderecha, como libertad e iniciativa individual, meritocracia, igualdad de oportunidades, o rol subsidiario del Estado.

Internet - junto con otras tecnologías disruptivas - está cambiando la sociedad civil, la economía y la política, tanto o más como en su día cambió al mundo la revolución industrial y el capitalismo. Estamos pasando desde una Sociedad  Industrial, cuya economía está basada en el capital financiero, a una Sociedad Digital, cuya economía está basada en el capital intelectual. El foco de las naciones será el descubrimiento y desarrollo de los talentos personales para que, como resultado, las personas trabajen en aquello en lo que tienen más talento y más les gusta. Como consecuencia, habrá una creación de bienestar muy superior al actual, junto a una mayor cohesión y justicia social. Internet genera un ecosistema que facilita que esto suceda.

Si la centroderecha pone su foco en la incorporación plena de Chile al siglo 21,  sus principios serán automáticamente defendidos, cambiando de una vez por todas el eje de la política desde el pasado hacia el futuro, superando esta sociedad aún bipolarizada alrededor de la lógica del sí y el no.

Los talentos no desarrollados de los chilenos son el peor despilfarro de recursos que tenemos, y traen mucha frustración a mucha gente. El cobre no es renovable. Los talentos, si. El cobre no nos ha dado ni nos dará mayor igualdad de oportunidades, ni mayor cohesión social, ni una mejor sociedad. Los talentos, sí. Los problemas de fondo de Chile no se resolverán con mayor Estado ni con mayor mercado, sino con mayor talento, y con un país enfocado a que todas las personas puedan descubrir y desarrollar los suyos. El crecimiento económico del siglo 21 viene de la mano del desarrollo del capital intelectual, y solo el capital intelectual puede darle verdaderas oportunidades de promoción social a quien no las tiene. Es el camino corto hacia un verdadero desarrollo.

Sin un Desarrollo Digital para Chile, nos quedaremos en la trampa del ingreso medio, con una sociedad que exige cada vez más y un Estado que debe crecer cada vez más para intentar entregar lo que se exige. Seremos un país que se queda en la explotación de recursos naturales y no crea buenos puestos de trabajo.

En el Siglo 21, “being right is being right”. Las ideas correctas (being right, en el sentido de “estar en lo correcto”) vendrán de ideas que siempre ha defendido la centroderecha (being right, en el sentido de “ser de derecha”), pero solo  en la medida en que ésta trabaje por la Sociedad donde dichas ideas funcionan de verdad para entregar a todos mejores oportunidades y calidad de vida. De lo contrario, Chile seguirá votando por la centroizquierda, porque se mantendrán las ineficiencias de un modelo social y económico fracasado en su promesa de llegar a todos, y que necesita del Estado como “elemento balanceador”.  

Alfredo Barriga

Enero de 2015