Antes de la LME, los pacientes tenía que volver a la empresa después de ir a la consulta a dejar una copia de la licencia médica. La empresa enviaba una copia a la ISAPRE, la que se pasaba a auditoría antes de autorizar el pago. Como el proceso podía ser largo, el pago de los días faltados a veces se recuperaba en la planilla de sueldo del mes siguiente al de la enfermedad. Para detectar fraudes, la ISAPRE tenía que ingresar manualmente todos los datos de cada licencia en sus sistemas. Las empresas también debían digitar nuevamente los datos de la licencia médica en sus sistemas de Recursos Humanos (RRHH)
Desde que se incorporó la LME en el sector privado de salud, el sistema se simplificó enormemente para todos: el paciente ya no tiene que volver a la empresa a dejar una copia; la ISAPRE y la empresa reciben inmediatamente la información de forma electrónica y pueden procesarla a continuación; los sistemas de RRHH han generado interfaces hacia el sistema lo cual evita la doble digitación; los médicos cuentan con un sistema más sencillo para tramitar las licencias médicas, y los errores de codificación y los fraudes se han reducido al contar con información confiable y en tiempo real acerca de la emisión de licencias médicas. Para los médicos y las empresas debe resultar absurdo tener que seguir con los dos sistemas, ya que no todos los usuarios que llegan a su consulta tienen ISAPRE, ni todos los empleados de una empresa tienen ISAPRE. Primera gran razón de masificar la LME: racionalidad en el sistema.
Hace casi un año atrás se licitó la LME para el sector público de salud (FONASA). Se llevó a cabo un Plan Piloto que ha sido hasta ahora muy exitoso, habiendo llegado ya a las 100 mil LME emitidas. No solo se agilizaron los trámites, sino que además se redujo el plazo de pago de la licencia al paciente desde los actuales 60 días a 15 días, que aunque aún están lejos de los 3 días que tardan las ISAPRES, al menos permite que en un buen número de casos los usuarios de FONASA cobren los días faltados por enfermedad el mismo mes que la tuvieron. Demás está decir que los usuarios de FONASA son las clases menos acomodadas, que hoy tienen que esperar 60 días para cobrar, mientras que los clientes de las ISAPRES, que son las más acomodadas, cobran el mismo mes que se enfermaron. Segunda gran razón de masificar la LME: igualdad en el trato a los trabajadores del país. Lo que hoy existe, sin que haya sido provocado a propósito, es una discriminación por la que reciben un peor servicio las personas con menos recursos.
No solo se lleva a cabo el Piloto. También se presenta un Proyecto de Ley (PL) en el Congreso donde se dice que el ahorro para el Estado sería de unos 80 millones de dólares en dos años. El Senador Ruiz-Esquide se opuso al proyecto alegando que la LME significaría el despido de personal del Compín, cuando de lo que se trata es que la misma gente en Compín y FONASA hagan la misma pega en 15 días en vez de los 60 que hoy tardan, mediante una reingeniería de procesos que supone que parte del rol de los compines se lleve a FONASA para hacer más ágil el proceso. Luego resultó que se podía llevar a cabo el cambio sin necesidad de un PL. Tercera gran razón para la masificación de la LME: mejor gestión de recursos públicos de salud.
La LME fue parte de la Agenda Digital del Presidente Piñera durante la campaña. Cuarta y última gran razón de masificar la LME: es parte de la Agenda Digital de la campaña, y se ha demostrado que se puede hacer y que funciona.
En FONASA se emiten anualmente 3,5 millones de Licencia médicas. No me puedo explicar que, habiendo tenido un plan piloto exitoso, la LME de FONASA no se masifique. El Gobierno se llenaría de elogios, los usuarios se verían beneficiados, una discriminación real aunque no deseable en el trato a trabajadores sería superada y FONASA mejoraría su gestión al reducir el fraude. ¡Todos ganan! ¿Qué argumento hay entonces para retrasar su masificación?
Alfredo Barriga