La agenda digital del Gobierno está bien encaminada, y ya
están saliendo los frutos. Han pasado tres cosas para este cambio en el último
año:
- En primer lugar, creo que ha habido un cambio por parte de varios Ministros, Subsecretarios y Jefes de Servicio que han visto los beneficios tangibles del uso de TIC para los ciudadanos, para los funcionarios del Estado, y para la calidad de los servicios que presta el Estado. De esta forma, los proyectos TIC han dejado de ser “proyectos técnicos” para convertirse en proyectos de mejora de productos del Estado. Ya son proyectos de negocio, en el buen entendido del término.
- En segundo lugar, la elección de la gradualidad como paradigma de incorporación de TICs. Más que un cambio radical, disruptivo y profundo, se ha optado por una estrategia de escalamiento continuo, por la cual se van generando continuamente cambios que sumados generan un nuevo paradigma.
- En tercer lugar, un énfasis en el mediano y largo plazo. Hacer lo que se pueda hacer ya mismo, pero alineado en una visión estratégica.
Quiero destacar cuatro ejemplos de lo anterior.
El Ministerio de Educación, a través de Enlaces, ha puesto
en marcha la incorporación de los contenidos de la Khan Academy en mil colegios públicos. Pocas noticias
me han dado tanta alegría este año como esta. Ya no se trata de “otro plan piloto” (en lo
que nos habíamos convertidos en líderes mundiales), sino de un cambio de
paradigma en regla. Las TIC en el aula
ya no consisten en entregar computadores, sino de mejorar la metodología de
enseñanza. Las TIC, al servicio de la calidad de enseñanza. La idea es que se
genere una dinámica por la cual poco a poco sean los profesores innovadores quienes
den el siguiente paso (gradualidad): “flipping the classroom”. Aprender vía
Internet – Khan Academy – en la casa, y aplicar lo aprendido en la sale de
clase, generando una tutoría más focalizada, por parte de los profesores, en
los alumnos con más dificultades. Eso es generar igualdad de oportunidades
desde el comienzo. Mi única decepción es que esta noticia no haya sido noticia.
Muestra que, efectivamente, a pesar de lo que haga el Gobierno, la Agenda Digital
no es parte de la agenda del país… aún.
El programa Chile Atiende ha supuesto un cambio de paradigma
en la forma en que el Estado se relaciona con el ciudadano. Para mí la parte
más importante de este cambio de paradigma es superar la “cultura de silo” que
está demasiado arraigada en la organización del Estado. Juntar 14 instituciones
para entregar en común más de 1.800 beneficios
del Estado bajo una sola estructura es algo verdaderamente notable, cumpliendo
por primera vez con la antigua idea de “ventanilla única”. Ha supuesto además capacitar
a funcionarios públicos y mejorar el valor agregado que entregan, sacándolos de
trabajos administrativos repetitivos - que, lo quieran o no, acabarán haciendo
las máquinas. Se cumple así uno de los paradigmas de la Sociedad del
Conocimiento que frecuentemente comento en mis presentaciones: que el
“funcionario público” (movedor de
procesos) debe dar paso al “gestor público” (solucionador de problemas). Con
este paradigma pienso que el Estado puede realizar “órdenes de magnitud” de más y mejores cosas con el mismo
presupuesto. Porque el foco del servicio pasa a ser el ciudadano, pero atendido
por otros ciudadanos. En definitiva, apalancando el know how y el talento
existente en los funcionarios públicos para que produzcan valor en vez de
producir gastos. Es el primer paso decisivo hacia un Estado del Conocimiento.
Mis felicitaciones también.
El MINSAL, en conjunto con FONASA, ha generado una
Estrategia Digital de Salud que es funcional al Plan de Salud 2010-2020. Ha
habido agendas digitales de salud anteriormente, pero el foco era la
digitalización de la salud. La diferencia en este caso está en que el foco es
el Plan de Salud 2010-2020. Se ha analizado el Plan y se ha analizado la
realidad digital del Sector Salud, identificando por un lado aquello que hará
falta cambiar en la realidad digital para que el Plan de Salud sea exitoso, y
por otra parte aquello con lo que se podría contribuir a mejorarlo. La otra
novedad es que por fin se está comprendiendo la importancia del marketing en la
implementación de proyectos TIC complejos. Se identificaron 8 stakeholders y se
elaboró un plan comunicacional para cada uno de ellos, de forma que no solo
estén bien informados de lo que se va a hacer, sino que lo estén en un lenguaje
coloquial y se sientan cómodos en el rol que les toca llevar a cabo, con una
participación directa, abierta y transparente. El portal desarrollado permitirá
conectar por primera vez a los Jefes de cada Proyecto con el público general,
para explicar qué están haciendo, cuánto han avanzado, y cómo les va a
beneficiar.
Por último, a lo anterior se añade la reciente licitación con
un presupuesto de 160 millones de pesos para ayudar a la Secretaría de
Desarrollo Digital (hoy dependiente de Subtel) en la generación de una
Estrategia 2020, iniciativa que tengo muy presente porque participé en su
génesis. Oliver Flögel ha conseguido que se pueda materializar con un
presupuesto que no tuve. Esto permitirá contar con una muy buena estrategia,
llevada a cabo con participación de muchas personas a través de los Diálogos de
Desarrollo Digital, de los cuales ha habido ya 3 versiones.
En definitiva se están dando los pasos para que poco a poco
desde el Estado se comiencen a incorporar los nuevos paradigmas de la Sociedad
del Conocimiento. Resta ahora desear que el resto de los estamentos (sociedad
civil, sector privado, academia, think tanks, partidos políticos) respondan con
entusiasmo. De lo contrario, esta agenda digital corre el peligro de volver a
caer en el desuso, y ya no podemos permitirnos ese lujo a estas alturas.
Alfredo Barriga
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