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jueves, 16 de agosto de 2012

Estrategia Digital para 2020


De aquí al año 2020 la Economía Digital va a irrumpir con especial fuerza en el mundo entero, generando oportunidades de trabajo y emprendimiento como no se había visto en mucho tiempo[1]. Los puestos de trabajo necesitarán habilidades y competencias distintas, y el sistema educacional va a cambiar radicalmente para atender esta nueva necesidad. La incorporación de plataformas digitales en la energía, el transporte, la educación y la salud van a ser especialmente importantes. El término de moda va a ser “smart” (inteligente).  Ciudades inteligentes, salud inteligente, transporte inteligente, energía inteligente, minería inteligente, agricultura inteligente… país inteligente. Esa es la estrategia digital de, por ejemplo, Corea del Sur.

Chile tiene de verdad una oportunidad histórica de subirse a esta nueva era y pasar a estar entre los países de avanzada. No van a ser las actividades tradicionales las que van a dar a nuestro país el sello de “desarrollado” que tanto anhela, y de hacerlo, no será para el año 2020. Una Estrategia Digital de país que tenga en cuenta las meta-tendencias que ya están ocurriendo en el mundo es el camino más corto hacia el desarrollo. Será lamentable que dejemos escapar esta oportunidad. Como dijo el Presidente Piñera en su discurso de campaña, la Sociedad del Conocimiento no tendrá paciencia con los países que la ignoren y entregará enormes oportunidades a los países que la abracen.

Para aprovechar esas enormes oportunidades, en la Estrategia Digital debe estar en primerísimo lugar  el acceso universal a la Banda Ancha en todos los hogares de Chile. En segundo lugar, deberá entregar una visión de educación para el siglo 21, donde las competencias y habilidades más necesarias serán alrededor de las tecnologías de la información y la generación de conocimiento. Mucho está sucediendo, y muy rápido, respecto de nuevos paradigmas en la educación, como he comentado en varios posts. En tercer lugar, deberá haber una propuesta para el código del trabajo, que va a quedar anacrónico con las nuevas modalidades de trabajo que se vienen. Cada vez van a haber más “profesionales de portfolio” o empleo 2.0[2], y están completamente vulnerables frente a sus empleadores con el actual marco jurídico. En cuarto lugar, el marco jurídico de Chile tendrá que adaptarse a una nueva realidad económica que no conoce de fronteras físicas ni de nacionalidad, en un mundo verdaderamente globalizado y basado en bienes intangibles generados por el talento de las personas. El actual marco jurídico del país fue hecho considerando una nación con fronteras, industrial, agraria, y de servicios tangibles. Y en quinto lugar, el foco del Estado también va a cambiar debido a todos estos cambios que se avecinan, y es necesaria una institucionalidad acorde a esta nueva realidad. Fondos y programas que fueron creados para una economía tangible deberán reconvertirse para una economía intangible, que es la que va a crecer y a la que hay que apostar. Como organización, el Estado es  la más anacrónica de Chile, operando aún bajo paradigmas del siglo 19. La “mentalidad de silos” no ha cambiado, y ello hace del Estado una organización ineficiente, costosa y torpe para cumplir su misión. Es necesario crear una mayor transversalidad operacional, para lo cual el experimento de Chile Atiende es un muy buen referente.

La Estrategia Digital del país debe ser, como lo indica el término, estratégica. Y muy, muy audaz, porque los próximos 8 años van a ser cruciales, las apuestas son altas y las cosas van a cambiar muy rápido. Nos jugamos seguir dentro de los países que avanzan o quedar fuera. Me sentiría decepcionado si de esta estrategia saliera un Chile 2.1, cuando lo que necesitamos es un Chile 3.0

Alfredo Barriga
Consultor en estrategia digital


[1] Cif Informe “Internet Matters” de Mc Kinsey, mayo 2011
[2] Fernando Vigorena, libro “Empleo 2.0”

domingo, 12 de agosto de 2012

Agenda digital en buen camino


La agenda digital del Gobierno está bien encaminada, y ya están saliendo los frutos. Han pasado tres cosas para este cambio en el último año:
  1. En primer lugar, creo que ha habido un cambio por parte de varios Ministros, Subsecretarios y Jefes de Servicio que han visto los beneficios tangibles del uso de TIC para los ciudadanos, para los funcionarios del Estado, y para la calidad de los servicios que presta el Estado. De esta forma, los proyectos TIC han dejado de ser “proyectos técnicos” para convertirse en proyectos de mejora de productos del Estado. Ya son proyectos de negocio, en el buen entendido del término.
  2. En segundo lugar, la elección de la gradualidad como paradigma de incorporación de TICs. Más que un cambio radical, disruptivo y profundo, se ha optado por una estrategia de escalamiento continuo, por la cual se van generando continuamente cambios que sumados generan un nuevo paradigma.
  3. En tercer lugar, un énfasis en el mediano y largo plazo. Hacer lo que se pueda hacer ya mismo, pero alineado en una visión estratégica.

Quiero destacar cuatro ejemplos de lo anterior.

El Ministerio de Educación, a través de Enlaces, ha puesto en marcha la incorporación de los contenidos de la Khan Academy en mil colegios públicos. Pocas noticias me han dado tanta alegría este año como esta.  Ya no se trata de “otro plan piloto” (en lo que nos habíamos convertidos en líderes mundiales), sino de un cambio de paradigma en regla. Las TIC  en el aula ya no consisten en entregar computadores, sino de mejorar la metodología de enseñanza. Las TIC, al servicio de la calidad de enseñanza. La idea es que se genere una dinámica por la cual poco a poco sean los profesores innovadores quienes den el siguiente paso (gradualidad): “flipping the classroom”. Aprender vía Internet – Khan Academy – en la casa, y aplicar lo aprendido en la sale de clase, generando una tutoría más focalizada, por parte de los profesores, en los alumnos con más dificultades. Eso es generar igualdad de oportunidades desde el comienzo. Mi única decepción es que esta noticia no haya sido noticia. Muestra que, efectivamente, a pesar de lo que haga el Gobierno, la Agenda Digital no es parte de la agenda del país… aún.

El programa Chile Atiende ha supuesto un cambio de paradigma en la forma en que el Estado se relaciona con el ciudadano. Para mí la parte más importante de este cambio de paradigma es superar la “cultura de silo” que está demasiado arraigada en la organización del Estado. Juntar 14 instituciones para entregar en  común más de 1.800 beneficios del Estado bajo una sola estructura es algo verdaderamente notable, cumpliendo por primera vez con la antigua idea de “ventanilla única”. Ha supuesto además capacitar a funcionarios públicos y mejorar el valor agregado que entregan, sacándolos de trabajos administrativos repetitivos - que, lo quieran o no, acabarán haciendo las máquinas. Se cumple así uno de los paradigmas de la Sociedad del Conocimiento que frecuentemente comento en mis presentaciones: que el “funcionario público”  (movedor de procesos) debe dar paso al “gestor público” (solucionador de problemas). Con este paradigma pienso que el Estado puede realizar “órdenes de magnitud”  de más y mejores cosas con el mismo presupuesto. Porque el foco del servicio pasa a ser el ciudadano, pero atendido por otros ciudadanos. En definitiva, apalancando el know how y el talento existente en los funcionarios públicos para que produzcan valor en vez de producir gastos. Es el primer paso decisivo hacia un Estado del Conocimiento. Mis felicitaciones también.

El MINSAL, en conjunto con FONASA, ha generado una Estrategia Digital de Salud que es funcional al Plan de Salud 2010-2020. Ha habido agendas digitales de salud anteriormente, pero el foco era la digitalización de la salud. La diferencia en este caso está en que el foco es el Plan de Salud 2010-2020. Se ha analizado el Plan y se ha analizado la realidad digital del Sector Salud, identificando por un lado aquello que hará falta cambiar en la realidad digital para que el Plan de Salud sea exitoso, y por otra parte aquello con lo que se podría contribuir a mejorarlo. La otra novedad es que por fin se está comprendiendo la importancia del marketing en la implementación de proyectos TIC complejos. Se identificaron 8 stakeholders y se elaboró un plan comunicacional para cada uno de ellos, de forma que no solo estén bien informados de lo que se va a hacer, sino que lo estén en un lenguaje coloquial y se sientan cómodos en el rol que les toca llevar a cabo, con una participación directa, abierta y transparente. El portal desarrollado permitirá conectar por primera vez a los Jefes de cada Proyecto con el público general, para explicar qué están haciendo, cuánto han avanzado, y cómo les va a beneficiar.

Por último, a lo anterior se añade la reciente licitación con un presupuesto de 160 millones de pesos para ayudar a la Secretaría de Desarrollo Digital (hoy dependiente de Subtel) en la generación de una Estrategia 2020, iniciativa que tengo muy presente porque participé en su génesis. Oliver Flögel ha conseguido que se pueda materializar con un presupuesto que no tuve. Esto permitirá contar con una muy buena estrategia, llevada a cabo con participación de muchas personas a través de los Diálogos de Desarrollo Digital, de los cuales ha habido ya 3 versiones.

En definitiva se están dando los pasos para que poco a poco desde el Estado se comiencen a incorporar los nuevos paradigmas de la Sociedad del Conocimiento. Resta ahora desear que el resto de los estamentos (sociedad civil, sector privado, academia, think tanks, partidos políticos) respondan con entusiasmo. De lo contrario, esta agenda digital corre el peligro de volver a caer en el desuso, y ya no podemos permitirnos ese lujo a estas alturas.

Alfredo Barriga