Se aprobó finalmente la norma sobre Televisión Digital, y se han echado las campanas al vuelo. No solo no participo del jolgorio general, sino que más bien me parece que esta decisión es una mala decisión desde el punto estratégico para el desarrollo digital de Chile.
Me explico: la televisión del mañana será digital, pero será TVIP (Televisión por Internet). Antes que haya acabado el plazo para el anunciado “apagón digital”, la TVIP va a estar dominando la industria. Chile podría haberse puesto a la cabeza de esta revolución que viene, en vez de subirse tarde a la que termina. El haberse decidido por la TV digital tiene además varios efectos sobre el desarrollo digital del país:
1) La nueva tendencia mundial es hacia la convergencia digital, es decir, hacia una única plataforma digital en la que convergen la emisión de contenidos (broadcast) y la interacción digital (Internet). La decisión racional para optimizar recursos en un país como el nuestro debería ir en esa dirección. Al adoptar la TV digital estamos diversificando esfuerzos y haciendo gastar dinero de más a los consumidores finales. Espero que éstos esperen a que aparezcan los primeros sistemas convergentes, en especial la BroadBand Tv (BBTV), que combina televisión y banda ancha, y puedan beneficiarse del hecho de contar con un único aparato para múltiples aplicaciones.
2) El costo de poner en marcha un canal de TV digital es muy superior al costo de poner en marcha un canal TVIP. Lo que se ha sancionado de facto es una barrera de entrada a la competencia, no una mayor competencia de canales.
3) En la medida en que el público – en especial las economías más modestas – migren hacia la TV digital, por presupuesto familiar van a quedar al margen de la banda ancha, que trae muchos más beneficios aparte de solo contenidos broadcast. Si se entregaran subsidios a la Banda Ancha a las economías más modestas, al final - como de costumbre – será la clase media la que pagará el gasto innecesario.
4) El modelo económico detrás de la televisión abierta es la de ingresos por concepto de publicidad. Para que haya más canales y el Modelo sea sustentable debe crecer la torta publicitaria en forma proporcional a la oferta de canales, lo cual no solo no está garantizado sino que es muy poco probable que suceda. Y, en caso de suceder, los costos de poner en marcha un canal digital ponen la barrera de entrada muy por encima respecto de lo que se requiere en el caso de la TVIP. En definitiva, la TV digital aumentará la oferta de canales solo en el papel, pero no en la realidad.
Los recursos que se van a destinar a la TV digital hubieran estado mucho más eficientemente empleados si en vez de poner las fichas en ésta se hubieran puesto en el desarrollo de Banda Ancha. El efecto de una política de desarrollo de banda ancha sobre la economía es muy superior al efecto sobre la economía de la TV digital.
Lamentablemente, nuestros gobernantes y legisladores han pecado de ver los temas sesgadamente en vez de integralmente, mirando sólo el tema de la televisión en vez del desarrollo digital del país, y llevando a éste a tomar decisiones tardías y estratégicamente erróneas.
Afortunadamente, la TVIP se va a imponer por sí misma, con lo cual esta mala decisión estratégica va a ser enmendada en parte por el mercado y el conocimiento creciente sobre Internet que tiene nuestra población.
Ya en la actualidad se puede acceder a más de 3.000 estaciones de TVIP de 149 países. Pueden verificarlo en http://es.wwitv.com/. Con la masificación de la Banda Ancha y el aumento en las velocidades, antes de 8 años se podrá ver TVIP desde cualquier lugar y aparato (incluido celulares) para contenidos gratis o pagados.
Espero que el costo para el país de esta mala decisión no hayan sido para entonces los 400 millones de dólares que se publicaron en las noticias. No nos sobran…
Alfredo Barriga