Se acaba de lanzar un nuevo reporte del prestigiado Mc
Kinsey Global Institute. Esta vez sobre las doce tecnologías disruptivas que
tendrán mayor impacto de aquí al año 2025. Para elegir estas doce tecnologías –
de todos los campos del saber – se les pidió 4 características:
- La tecnología debe demostrar tener avances rápidos y persistentes en el tiempo, con fuertes mejoras año a año en productividad y costos
- El alcance del impacto potencial es amplio: para ser económicamente disruptiva, una tecnología debe tener un alcance amplio, afectando a un vasto número de productos, servicios y dispositivos. Por ejemplo, la banda ancha móvil podría impactar en cómo 5 mil millones de personas organizan sus vidas, dándoles acceso a emprendimientos no soñados hasta ahora.
- El uso de la tecnología afectaría a un valor económico significativo: la contribución a la economía debe incrementar el PIB mundial y ser superar el impacto negativo en actividades existentes y obsolescencia en capitales que traiga la disrupción
- El impacto económico es potencialmente disruptivo: las tecnologías que importan son aquéllas que pueden cambiar dramáticamente el status quo. Pueden transformar la forma como las personas viven y trabajan, crear nuevas oportunidades de negocio, y traer crecimiento o ventajas competitivas a las economías
Las doce elegidas, tras un minucioso análisis, tienen el
potencial de afectar a miles de millones de consumidores, cientos de millones de trabajadores, y
trillones de dólares en actividad económica transversalmente en la economía. El
cuadro siguiente muestra los resultados:
Como se puede ver, 5 de las doce tienen que ver directamente
con Tecnologías de la Información (Internet móvil, automatización de trabajo
del conocimiento, Internet de las cosas o IPv6, cloud Computing e impresión 3D)
y otras 2 más están indirectamente relacionadas (robótica avanzada y vehículos autónomos,
que requieren de un fuerte componente de inteligencia artificial y programación).
El 100% están relacionadas con la Sociedad del Conocimiento, por si alguien aún
a estas alturas sigue pensando que este término es más académico que real.
El resultado será una demanda enorme por profesionales del
conocimiento y una nueva revolución en la productividad, que llevará a las
naciones y empresas que adopten las nuevas tecnologías a niveles de negocio
nunca vistos. Cientos de millones de puestos de trabajo serán destruidos y cambiados
por cientos de millones de nuevos perfiles de trabajo. Nuevas carreras
universitarias se crearán con notable éxito – si es que la demanda por estos
profesionales sigue siendo atendida por las Universidades, cosa que dudo. Miles
de millones de personas en todo el mundo tendrán acceso a actividades económicas
que hasta ahora les estaban vetadas, gracias a que tendrán la posibilidad de
acceder a capacitación directa y de muy bajo costo.
En total, el impacto calculado para estas 12 tecnologías equivale
a entre 1 y 2,5 veces el PIB de Estados Unidos. La pregunta que cualquier país
y cualquier empresa con dos dedos de frente debería hacerse frente a esto es “¿cómo
voy ahí?”
Las naciones que armen sus políticas públicas para sacar el
mayor beneficio posible de este aluvión tecnológico que va a dominar el siglo
21 tendrán una oportunidad única de pasar al desarrollo, generar puestos de
trabajo de alto valor para sus ciudadanos y reducir la brecha de ingresos entre
sus ciudadanos.
Me pregunto qué naciones de habla hispana – donde el valor
económico de la tecnología y de los intangibles no es muy apreciado – serán capaces
de estar entre las que aprovecharán plenamente el potencial que traerán estas
doce tecnologías.
Alfredo Barriga