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domingo, 29 de enero de 2012

Desempleo en España y trabajo en Internet

España es mi segunda patria. Llegué allá en 1972 y viví hasta 1991, con breve intervalo de 2 años en Chile. La mitad del tiempo en Madrid, la mitad en Barcelona. Estudié en la Complutense en Madrid, hice un Máster en el IESE en Barcelona, trabajé en empresas de Madrid y Barcelona. Tengo doble nacionalidad, adquirida allá por años de permanencia – cuando aún la entregaban por ese motivo. Así, pues, esta vez escribo como ciudadano español de pleno derecho.

Me duele lo del desempleo en España, especialmente para gente joven. No es solo un drama social, es el mayor despilfarro de recursos que se pueda tener. Ya conocéis mis ideas sobre la Sociedad del Conocimiento, de anteriores posteos en este blog. 5 millones de desempleados son 5 millones de personas dotadas de capacidades que no pueden desarrollar, con lo cual al final pierden ellos pero también el país.
Creo que el problema del “desempleo ilustrado” en España ya es estructural. ¿Por qué? Porque ya existía cuando vivía allá. Lo que ha sucedido en estos 20 años es que ha aumentado continuamente, llegando a niveles que son simplemente inaceptables. Hoy tener un título no implica tener acceso a un trabajo regular, en absoluto. Si tratas de emplearte en lo que te has preparado por cinco años, te dicen que no hay trabajo. Si tratas de emplearte en algo más sencillo, te dicen que estás sobre calificado. Sigues viviendo en casa de tus padres, porque no hay opciones.

¿O las hay?
Durante estos meses he estado escribiendo una y otra vez acerca de las oportunidades ilimitadas que se abren en Internet. Las vuelvo a enumerar, tomadas de estudios recientes de Mc Kinsey, la OCDE, la ONU y otras fuentes: la economía en Internet crece a dos dígitos, años tras año. Crea 2,6 puestos de trabajo por cada uno que destruye. Tiene un PIB superior a España. El año 2010 el comercio electrónico mundial movió 8 billones de dólares (trillones, en la fórmula norteamericana). No se requiere de grandes capitales para emprender en Internet. El mercado es de 2 mil millones de usuarios. Las posibilidades son infinitas… pero hay que “sentirse” parte de esta realidad digital, de este mercado gigantesco.

El año 2002 un empresario uruguayo que vendía conexiones de banda ancha se preguntaba cómo mejorar las ventas, puesto que el país estaba estancado. Concluyó que una forma era convertir lo que era un gasto (un lujo, en ese momento), en una herramienta de generar ingresos. Desarrolló unos talleres para capacitar a gente normal y corriente a vender en Internet. Vender ¿qué? Descubrió que “de todo”. Su hijo experimentó, y acabó vendiendo mandíbulas de tiburón por e-Bay. Luego, cuando comenzaron a ser cientos y miles los capacitados, siguieron saliendo novedades: comadrejas disecadas, réplicas de arcos y flechas del S XI, estampillas… Al cabo de 7 años, 33 mil uruguayos (1% de la población) habían pasado por sus talleres, y hoy exportan más de 500 millones de dólares al año. Si no me creéis, id a http://www.teletrabajo.com.uy/
Me gustó esa idea, y la traje a Chile, cuando estuve en la Secretaría de Desarrollo Digital. Hicimos un piloto en 9 comunas. Más de mil personas tomaron al menos tres de los seis talleres (a muchos les bastaba con eso, luego seguían por su cuenta). Como era de esperar, salieron casos notables, como el de una joven madre soltera que pensó, al acudir a la convocatoria de “teletrabajo”, que la iban a capacitar y ofrecer trabajo para hacerlo desde casa. Grande fue su desilusión al ver que más bien se trataba de que emprendiera por su cuenta. Pero, como ya estaba allí, se quedó para ver qué pasaba. Después de 4 talleres ya había aprendido a detectar qué productos eran los más vendidos en uno de los portales tipo e-Bay que hay en América Latina (www.mercadolibre.com), se había conectado con proveedores chinos en www.alibaba.com, usando el traductor de google para hacerse entender, había comprado sus primeras 10 unidades, las había publicado en el portal y había vendido dos… con un 400% de margen sobre costos. Esa chica aprendió de negocios en 20 horas lo que yo aprendí en 21 meses en un Máster. O el caso de un artesano de Pomaire, un lugar típico cercano a Santiago y famoso por su greda, que vendió 500 platos de greda a un restaurante en su primera semana... podría escribir páginas de páginas de casos

La cuestión es “dar el salto”. Y aquí hay un tema cultural. Por decenios, el modelo en España ha sido el de buscar una empresa que os de un trabajo, o bien hacer oposiciones a cualquier cargo que salga, con la ilusión de que es un trabajo de por vida. Ese es el paradigma que hay que cambiar. Buscáis empleo, no trabajo. Ya no hay empleos de por vida. Ni siquiera de por años… hay trabajo, hay donde ganarse los duros, pero no necesariamente empleos.
De España salieron hace más de 500 años cientos de miles de personas a “hacerse la América”, con lo puesto, dejando atrás los paradigmas de aquella época sobre cómo ganarse la vida. No fue fácil, no fue gratis, a algunos  les fue bien, a otros no tanto. El “nuevo mundo” hoy está en la Web. E-Bay mueve más de doscientos mil millones de dólares al año, y no es el único. Hoy se puede buscar trabajo (no empleo: trabajo) en muchos portales Web como www.freelance.com, www.guru.com, www.linkedin.com, y un largo etcétera. La época en la que hacíamos nuestra “carrera profesional” sobre la base de empleo por cuenta de terceros se está acabando. El presente y el futuro están en el empleo por cuenta propia. Personalmente, llevo en ello 15 años, con algunos intervalos como la Secretaría de Desarrollo Digital, y no es fácil, pero es apasionante. Hoy trabajo en lo que me gusta y en lo que sé, y deseo eso para todos. Se puede, pero para ello primero hay que cambiar el foco, de buscar “empleo” a buscar “trabajo”. Haciendo lo que más nos gusta, y para lo que pensamos tenemos más habilidades. Perdiendo el miedo a la incertidumbre. Los pescadores salen todos los días a capturar. Están en lo suyo. Pues eso, hay que salir a pescar. De haber peces, los hay. Y en Internet tenemos además la caña, las instrucciones para pescar, y los lugares donde están los peces. El resto, nuestras ganas y entusiasmo. ¡Y creer que el mundo es redondo!

Al cuerno las oposiciones. Al cuerno el envío de curriculums, y frustrantes entrevistas de empleo y lo demás. En Internet no tienes que tener títulos para abrirte camino, ni buena presencia ni un pariente en el Gobierno. El curriculum que vale no es el “vitae”, sino el “digitae”.
Si en España sucediera lo que en Uruguay – y espero también en mi país, ya que la iniciativa está ahora en fase masificación – se crearían casi medio millón de autoempleos, con un incremento en la renta nacional del orden de 5 mil millones de Euros. Quizá el Estado o una autonomía podría armar un programa de cómo el que armamos en Chile. En todo caso, para el Estado sería negocio redondo. Esos 5 mil millones de Euros traerían a las arcas fiscales unos 600 millones de impuestos por el IVA… cada año. Pero quienes quieran salir adelante antes, no esperen. Ocupen solo parte de su tiempo en buscar empleo – cambiar paradigmas siempre es difícil- y el resto, con mucho entusiasmo, a buscar qué ofrece Internet.

Os sorprenderá, como le ha pasado ya cientos de miles en todo el mundo.

Alfredo Barriga

lunes, 23 de enero de 2012

Libertad y propiedad intelectual en Internet

Internet es hoy por hoy el ambiente donde existe mayor libertad de expresión y de acción. Los "padres fundadores" de la Web - Tim Berners-Lee et al - la crearon con esa condición: que fuera un espacio abierto y colaborativo. Introdujeron muchos nuevos paradigmas, uno de los cuales es "compartir sin cobrar". Este ambiente colaborativo, abierto y gratuito es desde luego uno de los grandes motores de la gran transformación social, política y económica que ha traido Internet.

Y es en defensa de esa misma libertad que apoyo lo ocurrido con MegaUpload. Porque para que la Web se desarrolle y alcance su potencial es necesario defender los principios de libertad que la animaron, donde un proveedor de contenidos libremente puede cobrar o no por el acceso al mismo, sin que nadie, ni dentro ni fuera del sistema, le pueda obligar a adoptar uno u otro modelo de negocios. No se puede confundir la posibilidad de acceso gratuito a contenidos y aplicaciones con la obligatoriedad de acceso gratuito a contenidos y aplicaciones. Eso nunca estuvo en la mente de quienes hicieron la Web lo que es hoy.

La piratería es robo de contenido. La propiedad intelectual es propiedad privada. Cada cual decide si esa propiedad privada la regala al resto del mundo (freeware), la regala con la condición de que quien la mejore también la regale (GNU), cobra por su uso, o lo entrega solo a quienes cumplan con determinados criterios. Tan respetable uno como otro. Y en caso de acceso NO CONSENTIDO a la propiedad intelectual, debe haber un medio para proteger al afectado.

Se arguirá de que hacer lo que se hizo con MegaUpload es ponerle puertas al campo. Que ese tipo de acciones lo único que van a conseguir es llevar las actividades de piraterías hacia países que miran hacia el lado y que no extraditan. Sin embargo, la piratería "offline" también existe, desde hace siglos. De copias burdas de relojes Rolex hasta secuestro de barcos comerciales, es algo que existe en todo el mundo. No hay diferencia, desde el punto de vista del acto, entre piratería offline y online. Y la piratería se combate con los instrumentos de la ley. Offline y Online. Usar eso como argumento para Internet sería tan absurdo como decir que, puesto que igual se piratea Offline, mejor no perseguirlo.

Se arguirá que quien tiene que cambiar el modelo de negocios es la industria del cine, porque no podrán evitar la piratería. Argumento válido, pero al fin de cuentas, es la industria misma quien debe decidir el cuando y el cómo. Ya lo está haciendo, mejorando la experiencia del usuario en las salas de cine. Tal vez no sea ese el camino. Tal vez sea un modelo como el de iTunes, que salvó a la industria de la música. Pero ese es un camino que hay que recorrer. Lo que no se puede admitir como principio dentro de la Web es que si alguien quiere cobrar por su contenido se le obligue a darlo gratis. La Web no puede convertirse en el Far West, donde todos se sientan con derecho a tomar lo que está su alcance independiente de los medios usados para obtenerlo. Sería el caos, y al final sería la Web y sus usuarios los primeros perjudicados. Por ello es que en los foros internacionales sobre el futuro de la Internet hay acuerdo en mantener el principio de libertad y apertura y a la vez proteger los derechos de propiedad intelectual. Serán los propios usuarios de la Web quienes en definitiva validarán libremente los modelos sin cargo o los modelos de pago, habiendo posiblemente espacio para ambos, como ha sucedido hasta ahora.

Se puede estar de acuerdo con el fondo pero objetar la forma en que se llevó a cabo la clausura de MegaUpload y la detención de sus gerentes. Se puede estar indignados con esto de que, desde un país (Estados Unidos) se ordene la captura de personas de otro país (Nueva Zelanda) y se extraditen al primero para ser juzgados y condenados de acuerdo con las leyes del primer país. ¿Que pasa si en el segundo país la actividad no es considerada ilegal? El caso concreto de MegaUpload, se da que la actividad sí era considerada ilegal tanto en EEUU como en Nueva Zelanda, que habían acuerdos de colaboración contra el cibercrimen, y que las cosas se hicieron apegadas a la ley y a esos convenios internacionales. Pienso que el mensaje que ha dado al mundo esta acción policial es positivo: nadie puede acceder a contenidos sin consentimiento del autor, y éste tiene el derecho de perseguir a los infractores. Y se debe contar con herramientas eficaces para hacer valer esos derechos.

Para que la Web pueda desarrollarse y traernos aún más beneficios se ha de generar un marco mínimo de respeto hacia las legítimas y diversas posiciones de quienes llevan a cabo su actividad dentro. Y eso incluye el derecho a entregar contenidos sin cargo o con cargo.

Prefiero este tipo de acciones que la ley SOPA, que sí tiene en su articulado principios contrarios a aquellos que motivaron Internet. La Ley SOPA sería tan perjudicial para Intermet como el dejar impune el atropello a derechos de propiedad intelectual. Con la colaboración de todos, que está en la esencia del espíritu de la Web, iremos creando un marco que garantice todas las libertades - incluída la libertad de generar contenidos y cobrar por ellos.

Alfredo Barriga