Un viejo refrán español dice “a grandes males, grandes soluciones”. La tragedia que está sufriendo Chile se debe transformar en la gran oportunidad para transformar a nuestro país mirando al SXXI. Más que “reconstruir” se trata de “construir”, pensando en los desafíos que tendrá nuestra Sociedad y nuestra economía en un nuevo orden mundial, en donde las tecnologías de la información son la gran plataforma por donde circulan las ideas, los procesos, los negocios y las relaciones entre las personas.
Más que reconstruir las escuelas, construyámoslas incorporando las herramientas que los alumnos necesitan ya mismo para poder desenvolverse bien en el mundo en el cual les tocará trabajar y vivir. Ya que hay que reconstruir calles, autopistas, casas, incorporemos facilidades para que puedan estar conectados al “sistema nervioso” de la sociedad del conocimiento, la Banda Ancha. Aprovechemos el titánico esfuerzo que se nos viene encima para hacer reingeniería de procesos tanto en las empresas como en el sector público, haciendo más económicas y ágiles la generación de información para la toma de decisiones. Puesto que tenemos que poner en pie nuestra economía, aprovechemos la oportunidad para impulsar el microemprendimiento a través de Internet, el desarrollo en Chile de una industria de servicios globales de offshoring, la generación de puestos de trabajo mediante el teletrabajo.
No necesitamos inventar la rueda en los proyectos comentados arriba. Ya hay casos exitosos en todo el mundo – Chile incluido – que muestran claramente el efecto beneficioso de las TIC en las aulas. Ya hay varios estudios de prestigiosas consultoras internacionales que muestran que existe evidencia de una correlación entre la conectividad a Banda Ancha y un mayor crecimiento del PGB. En reingeniería de país, el caso del puerto de Singapur, que en vez de aumentar la infraestructura se focalizó en reducir los procesos de desestiba y estiba a la mitad es un caso clásico de estudio. En Uruguay un empresario PYME capacitó a 50.000 compatriotas para que vendieran productos y servicios al resto del mundo a través de Internet, y 7 años después es la segunda fuente de ingresos de divisas en ese país, detrás solo de la carne. Chile ha crecido en solo 5 años en la industria de offshoring desde US$100 millones a US$840 millones. En países como Japón se puso como meta que el 20% de la población esté teletrabajando para fines de este año.
Si algo funcionó bien en este terremoto, fue el uso de las TIC por parte de la población. Espontáneamente se generaron espacios en Internet para organizar ayuda solidaria, búsqueda de personas, catastros de daños, ayuda internacional. Eso demuestra que la Sociedad está preparada.
Tenemos una enorme oportunidad ante nosotros de construir el Chile del S XXI a partir de los escombros que dejó esta catástrofe, más allá de solo reconstruir lo que ya había. No la desperdiciemos. Las tecnologías de la información y comunicaciones no son costosas, sobre todo en comparación con el costo que tienen las obras de infraestructura. Y el resultado final sería una economía más competitiva, nuevos puestos de trabajo, nuevos emprendimientos. Algo que está dentro de los objetivos del Presidente electo, y que expuso brillantemente ante la industria de las TIC el 18 de agosto pasado
