Ante la muerte de Steve, todos quienes lo admiramos no podemos menos que recordar este notable discurso ante los alumnos que egresaban el 2005 de la Universidad de Stanford - que ha sido "alma mater" de tantos pioneros de las tecnologías. Este video fue un "turning point" en mi vida. Tengo un año más que Steve, pero nunca había podido enfocar mi vida de forma que los puntos de juntaran... hasta que vi este video.
Steve estaba preparado para su muerte, porque, como dice en el discurso, "la muerte es el mejor invento... porque te permite enfocar la vida en lo que realmente importa".
Todos fuimos creados por algún motivo. Quienes como Steve pudieron identificar ese motivo dentro de su corazón y seguirlo, han hecho grandes cosas. Todos vinimos al mundo con talentos naturales. Trabajar en lo que se ama y amar lo que se trabaja es otro de los legados de Steve, quien confesó que no le interesaba "ser el más rico del cementerio", sino poder dormir cada noche satisfecho por lo que había hecho ese día.
Un empresario de la nueva era, para quien las ganancias de la empresa son consecuencia de hacer las cosas bien, más que un objetivo en sí mismo. Hoy su empresa es la segunda del mundo por capitalización bursátil. La tercera empresa también es TIC (Microsoft) y la cuarta, también (IBM). Tanto Apple como IBM tuvieron momentos muy complicados, y se recovirtieron para pasar a ser verdaderas "empresas del conocimiento". Quien tenga oidos para oir, que oiga: la Sociedad del Conocimiento ya está aquí, y no va a tener paciencia con quienes se sigan aferrando a la Sociedad Industrial. Steve Jobs quedará como uno de los grandes pioneros de esta Sociedad del Conocimiento.
Alfredo Barriga
Re-editado el 5-11-2011
Comentarios y puntos de vista sobre la economía digital y el uso de TIC en los negocios
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jueves, 24 de diciembre de 2009
jueves, 10 de diciembre de 2009
ECONOMIA DEL CONOCIMIENTO PARA TODOS
Un ejemplo servirá para ilustrar la Economía del Conocimiento y sacar las conclusiones sobre lo que es necesario hacer para llevar a nuestra sociedad hacia esa nueva era, que supera la tradicional dependencia de nuestra economía de los recursos naturales.
Supongamos que sube la tasa de cambio del dólar. Se lo comentamos a una artesana de Pomaire tipo “A”, y no entiende de qué le hablamos. Sin embargo, el dato sigue estando ahí. Pero no ha servido para nada en su economía personal. Se lo comentamos a una artesana tipo “B”, que entiende de qué le hablamos, y supone que eso significa que llegarán más gringos a comprarle sus artesanías. El dato pasó a ser información. Sin embargo, no es aún conocimiento, porque sigue haciendo lo mismo que hacía hasta antes de conocer el dato. Se lo comentamos a una artesana tipo “C”, que baja los precios en dólares de sus productos en su sitio Web, o comienza a ofrecerlos en e-bay.com. La información se convirtió en conocimiento, moviendo a la acción, cambiando lo que hace. La artesana tipo “C” está en la economía del conocimiento, y genera más ventas. Moverse hacia la Economía del Conocimiento supone convertir a las artesanas en tipo “C”, mediante capacitación y facilitación de acceso a la economía del conocimiento. Es cambiar una mentalidad productora hacia una mentalidad emprendedora. El acceso a las herramientas del conocimiento es el facilitador, la capacitación es el gatillador que aumenta el valor de lo que hace. Cuanto más gente en un país tenga una lógica de conocimiento, mayor será su productividad de los factores, mayor el valor agregado generado, mayor el crecimiento de la economía.
La economía capitalista se basa en el acceso a su recurso clave, el capital. El acceso no es universal, sino limitado. El recurso es excluyente: si lo tiene alguien, no lo puede tener otro alguien. Lo mismo pasa con el recurso “tierra” y “trabajo”. La economía del conocimiento, en cambio, no funciona así. La economía del conocimiento se basa en el acceso a su recurso clave, el conocimiento. La materia prima de éste está como información en Internet. Todos quienes tienen acceso a Internet tienen acceso por igual a la misma cantidad de “materia prima”, que no es excluyente. Hay verdadera libertad de concurrencia e igualdad de oportunidades, al menos en lo que se refiere al acceso a la “materia prima”. En la medida en que están mejor capacitados para extraer esa información y convertirla en conocimiento, aumentan su valor agregado, su bienestar y su contribución a la economía del país. Es aquí donde surge la desigualdad: en la capacitación.
Como trabajadores del conocimiento, son dueños de su capacidad de producir, y no dependen de que exista un trabajo, porque pueden producirlo por su cuenta. El trabajo remunerado y por cuenta de terceros da paso al trabajo por cuenta propia e independiente. Deja de trabajar “para” y pasa a trabajar “con”. Más que fuentes de trabajo surgen fuentes de ingreso. En Uruguay se llevó a cabo una campaña, impulsada por un empresario, bajo el lema “vive acá, trabaja allá, gana allá, gasta acá”. En poco más de 6 años 50.000 personas aprendieron a vender sus productos al mundo a través de e-bay.com o sus servicios a través de guru.com. Hoy generan más de 600 millones de US$ y se han convertido en la segunda fuente de exportaciones después de la carne. La renta por trabajador es superior a la media del país. Un 27% de esos emprendedores no tiene siquiera enseñanza secundaria terminada; la mitad no tiene enseñanza superior. Llevando esas cifras proporcionalmente a Chile, salen 250 mil nuevas fuentes de ingreso y más de 3 mil millones de US$ de aporte al PGB. Eso es la economía del conocimiento, y así funciona.
En la economía capitalista, los rendimientos marginales son decrecientes. En la economía del conocimiento, son crecientes, merced al efecto de la llamada “ley de redes de Metcalfe”, por la cual las adiciones marginales a una red potencian la misma por encima del valor adicional de lo que se agrega. Es un nuevo paradigma: las economías trabajan en red. La economía capitalista, porque se basa en la competencia por los mismos recursos excluyentes, no trabaja con esa lógica. La economía del conocimiento usa modelos de competencia de suma superior a cero, siguiendo la lógica del equilibrium de Nash (el de la “mente brillante”), y generan valores de mercado muy superiores a los que se generan usando los paradigmas de la sociedad industrial. Facebook generó un valor de mercado en solo 4 años superior al de las 4 mayores fortunas de Chile, que necesitaron decenios para llegar ahí. La industria del offshoring en Chile ha conseguido en apenas 5 años llegar a facturar más de 800 millones de dólares, y será en breve mayor que la industria del salmón o de los vinos, que emplearon más de 10 años en llegar ahí. Con solo mantener la tasa de crecimiento de este año, para el 2014 estará empinándose sobre los US$2,000 millones. ¡Y la renta media es superior a la de la minería del cobre!
Quiero dejar a mis hijos un país que no dependa de lo que extrae de la tierra o de lo que hace con sus recursos naturales, sino de lo que extrae de la mente y lo que hace con sus capacidades intelectuales. Los recursos naturales son en muchos casos no renovables. Los recursos intelectuales son siempre renovables, mejorables, crecientes. Esto no significa dar la espalda a las actividades relacionadas con los sectores primarios, sino fortalecer lo que podemos hacer en los sectores terciarios, porque es ahí donde se puede generar el mayor crecimiento y la mayor igualdad de oportunidades.
El gran desafío que tiene Chile ahora mismo – la ventana de oportunidades se va cerrando rápidamente – es incorporarse a la Sociedad del Conocimiento. Fuimos muy buenos a nivel mundial para generar una economía abierta al mundo basada en nuestras ventajas competitivas en recursos naturales. Ese modelo ya no da más de sí. Fue capaz de generar riqueza, pero fracasó en distribuirla: eso es lo que dicen los datos. Debemos hacer urgente un cambio de Modelo de Desarrollo, que supone impulsar urgentemente una educación de calidad mundial y una infraestructura de tecnologías de la información y comunicaciones que llegue a todos los chilenos. Ese es el más ambicioso de los proyectos que hoy tiene en cartera Sebastián Piñera, y que va a necesitar del apoyo y esfuerzo de toda la Sociedad.
Alfredo Barriga
10-12-2009
Supongamos que sube la tasa de cambio del dólar. Se lo comentamos a una artesana de Pomaire tipo “A”, y no entiende de qué le hablamos. Sin embargo, el dato sigue estando ahí. Pero no ha servido para nada en su economía personal. Se lo comentamos a una artesana tipo “B”, que entiende de qué le hablamos, y supone que eso significa que llegarán más gringos a comprarle sus artesanías. El dato pasó a ser información. Sin embargo, no es aún conocimiento, porque sigue haciendo lo mismo que hacía hasta antes de conocer el dato. Se lo comentamos a una artesana tipo “C”, que baja los precios en dólares de sus productos en su sitio Web, o comienza a ofrecerlos en e-bay.com. La información se convirtió en conocimiento, moviendo a la acción, cambiando lo que hace. La artesana tipo “C” está en la economía del conocimiento, y genera más ventas. Moverse hacia la Economía del Conocimiento supone convertir a las artesanas en tipo “C”, mediante capacitación y facilitación de acceso a la economía del conocimiento. Es cambiar una mentalidad productora hacia una mentalidad emprendedora. El acceso a las herramientas del conocimiento es el facilitador, la capacitación es el gatillador que aumenta el valor de lo que hace. Cuanto más gente en un país tenga una lógica de conocimiento, mayor será su productividad de los factores, mayor el valor agregado generado, mayor el crecimiento de la economía.
La economía capitalista se basa en el acceso a su recurso clave, el capital. El acceso no es universal, sino limitado. El recurso es excluyente: si lo tiene alguien, no lo puede tener otro alguien. Lo mismo pasa con el recurso “tierra” y “trabajo”. La economía del conocimiento, en cambio, no funciona así. La economía del conocimiento se basa en el acceso a su recurso clave, el conocimiento. La materia prima de éste está como información en Internet. Todos quienes tienen acceso a Internet tienen acceso por igual a la misma cantidad de “materia prima”, que no es excluyente. Hay verdadera libertad de concurrencia e igualdad de oportunidades, al menos en lo que se refiere al acceso a la “materia prima”. En la medida en que están mejor capacitados para extraer esa información y convertirla en conocimiento, aumentan su valor agregado, su bienestar y su contribución a la economía del país. Es aquí donde surge la desigualdad: en la capacitación.
Como trabajadores del conocimiento, son dueños de su capacidad de producir, y no dependen de que exista un trabajo, porque pueden producirlo por su cuenta. El trabajo remunerado y por cuenta de terceros da paso al trabajo por cuenta propia e independiente. Deja de trabajar “para” y pasa a trabajar “con”. Más que fuentes de trabajo surgen fuentes de ingreso. En Uruguay se llevó a cabo una campaña, impulsada por un empresario, bajo el lema “vive acá, trabaja allá, gana allá, gasta acá”. En poco más de 6 años 50.000 personas aprendieron a vender sus productos al mundo a través de e-bay.com o sus servicios a través de guru.com. Hoy generan más de 600 millones de US$ y se han convertido en la segunda fuente de exportaciones después de la carne. La renta por trabajador es superior a la media del país. Un 27% de esos emprendedores no tiene siquiera enseñanza secundaria terminada; la mitad no tiene enseñanza superior. Llevando esas cifras proporcionalmente a Chile, salen 250 mil nuevas fuentes de ingreso y más de 3 mil millones de US$ de aporte al PGB. Eso es la economía del conocimiento, y así funciona.
En la economía capitalista, los rendimientos marginales son decrecientes. En la economía del conocimiento, son crecientes, merced al efecto de la llamada “ley de redes de Metcalfe”, por la cual las adiciones marginales a una red potencian la misma por encima del valor adicional de lo que se agrega. Es un nuevo paradigma: las economías trabajan en red. La economía capitalista, porque se basa en la competencia por los mismos recursos excluyentes, no trabaja con esa lógica. La economía del conocimiento usa modelos de competencia de suma superior a cero, siguiendo la lógica del equilibrium de Nash (el de la “mente brillante”), y generan valores de mercado muy superiores a los que se generan usando los paradigmas de la sociedad industrial. Facebook generó un valor de mercado en solo 4 años superior al de las 4 mayores fortunas de Chile, que necesitaron decenios para llegar ahí. La industria del offshoring en Chile ha conseguido en apenas 5 años llegar a facturar más de 800 millones de dólares, y será en breve mayor que la industria del salmón o de los vinos, que emplearon más de 10 años en llegar ahí. Con solo mantener la tasa de crecimiento de este año, para el 2014 estará empinándose sobre los US$2,000 millones. ¡Y la renta media es superior a la de la minería del cobre!
Quiero dejar a mis hijos un país que no dependa de lo que extrae de la tierra o de lo que hace con sus recursos naturales, sino de lo que extrae de la mente y lo que hace con sus capacidades intelectuales. Los recursos naturales son en muchos casos no renovables. Los recursos intelectuales son siempre renovables, mejorables, crecientes. Esto no significa dar la espalda a las actividades relacionadas con los sectores primarios, sino fortalecer lo que podemos hacer en los sectores terciarios, porque es ahí donde se puede generar el mayor crecimiento y la mayor igualdad de oportunidades.
El gran desafío que tiene Chile ahora mismo – la ventana de oportunidades se va cerrando rápidamente – es incorporarse a la Sociedad del Conocimiento. Fuimos muy buenos a nivel mundial para generar una economía abierta al mundo basada en nuestras ventajas competitivas en recursos naturales. Ese modelo ya no da más de sí. Fue capaz de generar riqueza, pero fracasó en distribuirla: eso es lo que dicen los datos. Debemos hacer urgente un cambio de Modelo de Desarrollo, que supone impulsar urgentemente una educación de calidad mundial y una infraestructura de tecnologías de la información y comunicaciones que llegue a todos los chilenos. Ese es el más ambicioso de los proyectos que hoy tiene en cartera Sebastián Piñera, y que va a necesitar del apoyo y esfuerzo de toda la Sociedad.
Alfredo Barriga
10-12-2009
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