En Chile, según los últimos datos, hay 8 millones de personas que usan Internet. De ellos, más de la mitad está en Facebook, lo cual indica cierto grado de sofisticación como usuarios: saben crear una cuenta, saben escribir en un muro, saben subir fotos, saben chatear, saben apuntarse en grupos de sus favoritos, saben invitar a amigos a compartir experiencias Online. El dato de Facebook es más decidor: en enero del 2008 (¡hace escasamente un año!) eran solo 200 mil los chilenos en Facebook. En junio del año pasado ya habían superado el millón, a fines de año, los dos millones, y en marzo, los 4 millones. ¿Cómo es que ningún empresario chileno pudo ver ese mercado? Pero eso es para otro artículo.
Por ley, quienquiera que venda algo debe publicar su precio en Internet. Todos los precios de todos los productos. Aunque venda 30 mil productos distintos. Amazon.com tiene millones de productos distintos y publica todos sus precios. No hay ninguna razón para que no suceda lo mismo en Chile. Salvo que se ha establecido como un comportamiento normal del mercado – de la oferta – no publicar todos sus precios siempre, sino solo algunos- las ofertas.
Ocho millones de pares de ojos son más que suficientes para que se denuncien abusos de precios y se comenten las “picadas” – en eso, las redes sociales, los sitios de chat y los correos electrónicos son herramientas notables. Es hora que Chile se asome definitivamente a la Sociedad de la Información. La ciudadanía está más que madura y preparada. La evolución de inscritos en Facebook lo corrobora. Ahora falta que los políticos estén a la altura.
Las opciones no son más Estado o más mercado, sino más Sociedad del Conocimiento. Que es asequible y económica. Un capitalismo sin fricciones, donde las empresas – obligadas solo a ser transparentes en un medio donde más de la mitad de la población puede ejercer sus derechos de forma contundente, aprobando o rechazando las acciones de las empresas, y beneficiando automáticamente a la parte de la población que aún no tiene acceso a Internet.
Mucho se ha discutido acerca de la transparencia en la política, y se ha legislado en la materia. Para transparentar la política, se ha puesto a Internet como la herramienta. No veo por que no puede ser lo mismo para el mercado, especialmente habida cuenta de que así funcionan los mercados más modernos en el mundo. Porque de lo que se trata es de que los mercados funcionen, al igual que las instituciones.
Ninguna empresa puede reclamar que publicar precios en un sitio Web es “muy caro”. Hay soluciones en Internet con catálogo incluido por menos de 100 dólares al año. Hay incluso soluciones gratis. Armarlo es cuestión de una semana de trabajo – lo sé por experiencia profesional.
No hay excusas. Es la hora de que en Chile tengamos una economía de mercado de verdad, donde, efectivamente, los paradigmas que la sustentan existan. A través de Internet realmente llega la democratización del mercado y de la economía.
Si esta iniciativa se hace Ley, se facilita además enormemente la fiscalización de precios que llevan a cabo los organismos públicos encargados de tal misión. Incluso puede servir – si realmente es aplicable a un porcentaje prácticamente general en Chile – para calcular el IPC mes a mes para cada ciudad de Chile. Y sube a las PYME a la economía digital, que están muy atrasadas.
Alfredo Barriga