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lunes, 2 de marzo de 2009

Voto Voluntario, Inscripción Automática - Versión 2.0

Este mes de marzo se discutirá la ley que permite la inscripción automática y el voto voluntario. En el artículo anterior de la materia (ver más abajo) diseñé un sistema que la verdad resulta engorroso. Esta nueva versión sale de contrastar la anterior solución con actores relevantes entre los proveedores de Tecnologías de la Información.

Se ha señalado que no es posible ponerlo en marcha para las elecciones de este año, pues no se alcanza a preparar el padrón de nuevos votantes. Efectivamente, el primer desafío de la inscripción automática es la identificación de los nuevos inscritos. ¿Quienes son? El segundo desafío es aún mayor: ¿cual sería el lugar de votación de los nuevos inscritos? ¿el que resulte de la dirección entregada al Registro Civil cuando se hizo el último carnet de identidad? Porque la única base de datos legal de personas no inscritas con derecho a voto está en el Registro Civil, junto con datos como la dirección, la foto, y las huellas dactilares digitalizadas.

Por lo tanto, para responder al primer desafío, solo cabe cruzar las bases de datos del Servel con las del Registro Civil. Ello permitiría identificar a los nuevos inscritos para asignarlos a nuevas o existentes mesas electorales. Pero no resuelve el problema de en cual mesa electoral poner a cada nuevo inscrito. El problema de fondo es de proceso.

Una primera observación: no es el chileno "típico" el que se cambia de casa cada cierto tiempo. Eso es algo que se puede comprobar comparando los últimos censos. El caso de direcciones erróneas debería ser por lo tanto minoritario, no mayoritario.

Se pueden cruzar varias bases de datos, algunas públicas y otras privadas como la del Registro Civil, la del Registro Nacional de Conductores o la de prestaciones de salud, y tomar la dirección más nueva. Una vez establecido dicho registro, se inscriben a priori en la circunscripción de la última dirección registrada oficialmente. Con esto, quedan correctamente arriba todos los no inscritos que no han cambiado de circunscripción electoral desde la última vez que sacaron carnet de identidad o desde el último censo, cualquiera que sea posterior.

Nos quedan los que sí se cambiaron, y tienen la dirección errónea. Para ello, se crea un registro de cambio de dirección, que puede ser presencial - en oficinas del Servel - o electrónico. Una segunda observación: los no inscritos son mayoritariamente "nativos digitales", según encuestas. Por lo tanto, el facilitar las cosas vía Internet permite una interacción directa con ellos. El cambio de dirección se puede hacer ingresando en CNI más el número de serie del documento (que está en el reverso debajo del código de barras). Si éste estuviese sustraido y denunciado, inmediatamente se puede notificar a cibercrimen el intento de uso fraudulento, por lo cual no hay que temer por ese lado. De todas formas puede haber algún ocioso que desee hacer un cambio de dirección de alguien que no es él mismo. O puede ser que haya un cambio de dirección real después de haber realizado el primer cambio. Estos casos - que van a ser tremendamente excepcinales - se deberían manejar a nivel de Servel, de forma presencial.

Las personas inscritas automáticamente no firman el libro electoral, como sucede en la actualidad. Esa instancia tendría que postergarse hasta la primera vez que vote. Pero en este caso sí que es necesaria una instancia de reconocimiento de identidad cierta. Puede ser que se persone con un carnet robado. Lo que no puede robar es la huella digital original que en su día quedó registrada en el Registro Civil por el verdadero dueño del CNI. Por lo tanto, al dirigirse a votar por primera vez, se le solicitará poner su huella en un lector de huella electrónico, quien, una vez entrado el número del CNI podrá comprobar Online si dicha huella es o no la del verdadero dueño del CNI que se presenta. Por supuesto, si no lo fuese a la persona se le podría detener in situ y de inmediato, al ser descubierto en flagrante delito de uso fraudulento de documento. Eso constituye un impedimento más para quienes pretendan delinquir con el sistema.

Una vez identificada la persona que se presenta a votar, firma el libro y prosigue el sistema de voto como es hasta ahora.

Lo anterior supone que en el lugar del voto las mesas electorales tendrán que tener, o un PC - con la información de huellas grabadas en el disco duro y encriptadas - o una conexión a Internet: buena ocasión para ponerle Banda Ancha. Además, un lector de huella dactilar digital (costo aprox. US$120 por unidad). el PC puede ser donado posteriormente al colegio donde se lleve a cabo la votación.

Abajo he puesto el proceso en una presentación, para quienes quieran verlo más en detalle.


Se acogen de muy buen grado sugerencias, indicaciones, etc. Para eso están los "Blogs"

Alfredo Barriga