En 1776 sucedieron tres hechos que cambiaron el mundo: la independencia de Estados Unidos, que trajo la democracia republicana; la invención de la máquina de vapor por James Watt, que trajo la revolución industrial, y la publicación del libro “Sobre el Bienestar de las Naciones” de Adam Smith, que trajo el capitalismo y la economía moderna.
Entre fines del S. XIX y principios del S. XX la democracia tuvo un nuevo giro con el sufragio universal; la revolución industrial, con la invención de la electricidad, las telecomunicaciones y el motor de combustión interna; y la economía moderna inventó el “management” o administración de empresas. Producto de ello, una gran masa de gente de todos los países se incorporó al mercado, a la vida política y al acceso a bienes y servicios que ni soñó una generación antes.
Entre fines del S. XX y principios del S. XXI este fenómeno se está repitiendo, de la mano de Internet. El ciclo que se abrió con la revolución francesa y la revolución industrial se está cerrando para dar paso a una nueva revolución digital y de la Sociedad del Conocimiento, que introduce cambios contundentes en varios paradigmas:
• Masividad de participación. Dos mil millones de personas de todo el mundo y todos los países comparten una misma plataforma interactiva de comunicación y acceso a servicios y contenidos de valor. Y es técnicamente posible incorporar a los 5 mil millones que aún no están (objetivo ONU y OCDE)
• Igualdad real en el ecosistema. Todos quienes están dentro tienen acceso a los mismos recursos sin costo, todos “valen” lo mismo, independientemente de su edad, sexo, extracto socioeconómico o ideas personales, y todos son libres respecto a expresión de ideas. En Internet verdaderamente hay una sociedad igualitaria y libre.
• Recursos ilimitados. Ninguna persona es capaz, durante toda su vida y por mucho que viva, de recopilar y aprehender toda la información existente, ni de usar todas las aplicaciones de valor agregado gratuitas a su disposición. Subjetivamente, los recursos a su disposición son ilimitados para sus posibilidades
• Sociedad de oportunidades: por la misma razón de que todos tienen acceso a los mismos recursos, aplicaciones y contenidos, todos tienen acceso a las mismas oportunidades. Y por la cantidad de oportunidades que tienen de instruirse, compartir, comprar, vender, trabajar, contactar e interactuar, estas están limitadas solo por la capacidad de conocerlas y saber usar las herramientas al alcance. Son cientos de millones las personas que aprenden, compran, venden, trabajan, se contactan e interactúan en Internet. En Internet se está dando una real movilidad social que atraviesa países. Por ello Naciones Unidas declaró hace un mes "derecho humano" el acceso a Internet.
• Economia creciendo a dos dígitos desde que se inventó, a pesar de la “burbuja” especulativa del 2.000 en la que muchos vieron el fin de la economía en Internet. Hoy es más grande que la economía de Canadá, y el comercio electrónico en el mundo ya se empina sobre los 8 trillones de dólares al año
Esta revolución digital fue creada por una “élite ilustrada”, pero hace tiempo que salió de dicho entorno para convertirse en un movimiento social, y es la sociedad civil la que está llevando el liderazgo a través de las redes sociales y la generación/consumo de contenidos.
Sectores enteros de la economía se están redefiniendo a través de Internet. Ya es un dato que el incremento en la cobertura de banda ancha tiene un impacto directo sobre el crecimiento del producto interno bruto, sobre la generación de riqueza por un país. Se han redefinido sectores como retail, manufactura, banca, telecomunicaciones y un largo etcétera. Los procesos ya no se llevan a cabo íntegramente en la organización, sino que crecientemente se sacan fuera incluso delo país. Millones de trabajos transfronterizos se han creado al alero de esta plataforma, haciendo del trabajo un recurso transable.
La rapidez en el en el cambio y en la recepción de beneficios que trae la revolución digital depende directamente del grado de involucramiento y del rol que jueguen los diversos estamentos de la Sociedad: Gobiernos, Academia, Sector Privado, Organismos Políticos, Sociedad Civil. Si bien es ésta la que está llevando el liderazgo, si cuenta con el apoyo decidido de uno o varios de los restantes estamentos, la velocidad será mayor y el beneficio llegará antes y en mayor abundancia. Cada uno de los estamentos debe decidir si quiere ser locomotora o vagón en la revolución digital. Y, al igual que sucedió en las anteriores revoluciones que sacudieron la historia, no se pueden quedar fuera del tren, aunque lo quieran. La desventaja en este caso es que, si no lideran como locomotoras, se quedarán como simples vagones.
Alfredo Barriga
2 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo con lo escrito, sin embargo mientras vemos el avance de la sociedad del conocimiento, hay personas e instituciones que hacen todo lo posible por frenar o impedir este crecimiento, ejemplos hay varios, desde china con sus bloqueos, España con sus sociedades de "derecho" de autor (que hoy no quedaron bien paradas aproposito).
Para que se cumpla lo expuesto la red debe ser libre, debe existir total neutralidad.
Saludos.
En el reciente comunicado de la OCDE, eso que dices fue firmado por todos los países miembros como un principio. Por eso en otro artículo(http://alftic.blogspot.com/2011/07/internet-economy.html)digo que fue una reunión histórica.
La red va a ser libre, neutral, descentralizada y desregulada hasta donde se pueda.
Gracias por tu comentario
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